En
el modelado de las regiones áridas
se reconocen cuatro grandes grupos de
formas en función de la naturaleza
de las combinaciones de los procesos que
las generan. Estas corresponden al
modelado de:
Formas
estructurales
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En
el modelado hay un
predominio de la
horizontalidad de los
macropaisajes, con
topografías
rectilíneas con
elementos
morfoestructurales en
que las formas de
detalle son menos
importantes. La ausencia
de suelo y
vegetación otorga
a las estructuras y a
las rocas gran
prioridad. Como las
lluvias son breves y
episódicas y caen
sobre suelos desnudos,
rápidamente
adquieren un
carácter
torrencial
(ver figura 1).
En las rocas
cristalinas de los
escudos
desérticos hay
formación de
lomos de ballena a
partir de los filones en
el batolito. Se forman
cerros islas o inselberg
aislados o en grupos,
cuyo tamaño va de
algunos metros a decenas
de metros y sus
diaclasas curvas definen
laderas convexas y
abruptas. El inselberg
marca una ruptura de
pendiente o
knick,
en el contacto con los
planos inclinados.
En estructuras
sedimentarias
dispuestas
horizontalmente, se
forman mesetas
estructurales de
areniscas y rocas
calcáreas
llamadas
hamadas,
las cuales están
recubiertas de
fragmentos rocosos
angulosos formando una
superficie de desierto
rocoso o
reg.
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Glacis
y pedimentos
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Como
el escurrimiento es
ocasional, hay escasos
canales y el agua
escurre en manto
produciendo el lavado y
desmantelamiento de los
materiales
superficiales,
especialmente en las
rocas menos
consolidadas. Hay tres
elementos
geomorfológicos
esenciales que expresan
la morfología
árida: el cerro
isla o inselberg, los
planos inclinados en que
se reconocen los glacis
y pedimentos y, la
depresión salina
o salar hacia la
cual convergen las
aguas.
Los glacis y pedimentos
son planos inclinados
que se extienden desde
la base de los relieves
más altos
constituyendo enormes
rampas.
Un glacis
es un plano inclinado de
débil pendiente,
menor a 10º, y
recubierto por material
detrítico. En su
parte superior ocurren
procesos de arroyada en
zurcos del tipo rill
wash, y en su parte
parte media e inferior
arroyada en manto del
tipo sheet flood. Los
glacis son excelentes
acuíferos
naturales, como en la
Pampa del Tamarugal en
la cual hubo comunidades
agrícolas en la
época
prehispánica cuya
base cultural era la
distribución de
agua mediante canales y
acequias
(ver figura 2).
Un pedimento
o glacis rocoso, es un
plano inclinado labrado
directamente en la roca
fundamental de tipo
cristalino, y que
está ligeramente
cubierto de material
disgregado.
Un pediplano
es una planicie que
resulta de la
yuxtaposición de
varios pedimentos.
La formación de
un pedimento se debe a
procesos de
erosión y
transporte de materiales
en manto o sheet flood,
por el cual la
lámina de agua se
esparce como un flujo
turbulento. A esto se
agrega la arroyada
difusa del tipo rill
wash, a través de
pequeños
canalículos
anastomosados.
También la
coalescencia de grandes
conos de
deyección
contribuye a la
formación de
glacis y pedimentos.
Los pedimentos y glacis
del norte de Chile se
localizan desde la
frontera con Perú
hasta la latitud de
Copiapó, a lo
largo de 990
kilómetros. Es
una faja de pediplanos
muy bien conservada
entre Guailillas por el
norte y río Loa
por el sur, en que el
drenaje se dispone
paralelo. La
disposición
estructural del
pediplano chileno
conecta el ámbito
cordillerano con las
pampas de la
depresión
intermedia. En la
sección superior,
entre 2500 y 3000
metros, se localiza el
pedimento o glacis
rocoso; en la
sección inferior,
entre 1500 y 2500
metros, se encuentra el
glacis detrítico,
que es una cobertura de
materiales con arenas
gruesas y finas que
escurren hacia las
pampas que funcionan
como llano de base de
sedimentación. El
ancho medio de estas
formas es
kilómetros.
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Depresiones
salinas cerradas
(salares o
sebkhas)
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El
endorreísmo de
las áreas
desérticas
favorece el
estancamiento de las
aguas para dar origen a
lagos cuyas aguas llevan
disueltas gran cantidad
de sales. Los planos
inclinados de glacis y
pedimentos pueden
converger hacia estas
depresiones conformando
salares que son
depresiones salinas
cerradas, lagos salados
cuyas aguas se han
evaporado, a veces
rodeados de
vegetación
halófita.
Los salares están
alimentados por napas
subterráneas
cuyas aguas ascienden
por capilaridad cuando
hay altas temperaturas y
debido a la fuerte
evaporación, los
salares muy lentamente,
van concentrando las
sales disueltas. El aire
seco del desierto
actúa como una
esponja obligando al
agua subterránea
a subir por capilaridad
generando los
encostramientos
superficiales.
Gran parte de los
acuíferos
existentes en el
desierto chileno datan
de épocas
pasadas, como en el
salar de Atacama (III
Región), salar
Grande (I Región)
en los que hay
explotación
mineral de cloruros,
nitratos, carbonato de
calcio, litio, y
otros.
Con frecuencia el origen
de los salares
está relacionado
con cuencas
tectónicas y
ellos se localizan en
bloques hundidos,
vinculados a fallas como
es el caso en Chile del
salar de Soronal en la
Cordillera de la Costa,
I Región.
En la Pampa del
Tamarugal, las sales se
han originado con la
actividad
volcánica del
Cuaternario antiguo, un
clima más
húmedo que el
actual permitió
una repartición
de dichos sedimentos
químicos en toda
la extensión del
territorio nortino,
concentrando sus
depósitos en las
depresiones que se
formaban como
consecuencia de la
actividad
tectónica local.
En la actualidad, la
actividad
freática que ha
reemplazado al
escurrimiento
superficial antiguo
permite, gracias a la
notable sequedad
atmosférica que
actúe el ascenso
de sales aprisionadas en
el subsuelo, este
mecanismo de origen
freático,
transporta las
partículas del
suelo o cubierta
detrítica
superficial provocando
tipos variados de
costras como campos de
mota, que son
microalteraciones de la
superficie del suelo en
campos de
evaporitas
del desierto y
formación de
superficies de costras
poligonales
(ver figura 3).
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Modelado
eólico
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La
superficie desnuda de
los desiertos favorece
la circulación
del viento por ascenso,
subsidencia o,
lateralmente. En los
desiertos subtropicales
o tropicales como
Sahara, Kalahari,
Australia, y en los
desiertos litorales, los
alisios soplan de manera
regular, ellos son secos
y su velocidad promedio
de 20 km/hora. La
dinámica
eólica ejerce una
acción de
deflación
sobre las arenas y de
corrasión
sobre las rocas
compactas produciendo
efectos de pulido,
estriado y facetado de
la superficie de las
mismas.
El modelado de
ablación, con
pérdida de
materia, típico
es el yardang,
que son formas
esculpidas por el viento
en materiales blandos
con alguna
compactación,
similares al casco de un
barco invertido pueden
tener tamaños muy
variados de algunos
metros hasta decenas de
metros de altura y
largo.
En cuanto al modelado
por depósito de
materiales, en las
regiones áridas,
las arenas
eólicas pueden
quedar atrapadas por la
vegetación y dar
origen a dunas del tipo
nebka. Las dunas
móviles son los
barjanes, que en
los desiertos se
desplazan
individualmente o en
conjunto sobre
superficies
descubiertas. En el
centro de los desiertos,
los ergs son verdaderos
macizos arenosos
complejos que son
construidos de manera
progresiva, como el Gran
Erg occidental sahariano
que posee 80 000
kilómetros
cuadrados de superficie
o el de Rub el Kahli en
Arabia con 500.000. En
su interior se
encuentran las grandes
dunas piramidales
llamadas
ghourds.
Los ergs a su vez pueden
presentarse como cadenas
de dunas longitudinales
del tipo seif,
separadas por amplios
pasillos o corredores; o
bien constituir
ergs
más compactos en
que los pasillos
están cerrados
porque las alas de los
barjanes forman brazos
de dunas que se apoyan
en las dunas
longitudinales
originando una malla y
creando una estructura
compartimentada con
profundos
alvéolos de
paredes abruptas, este
conjunto recibe el
nombre de dunas en
aklé
(ver figura 4).
Debido a su
extensión la
génesis de los
ergs es muy compleja, y
probablemente estos
grandes campos dunarios
se explican por la
diversidad de
combinaciones
dinámicas
efectuadas por vientos
de fuerza y direcciones
diferentes. A diferencia
de las dunas
elementales, los ergs
representan
edificaciones cuya
historia se extiende en
el tiempo y en que los
vientos actuales solo
modifican la
superestructura de estas
grandes construcciones
de arena, como el erg de
Atacama en Chile.
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