Geoformas litorales.
Dunas de Pichidangui y desembocadura río Quilimarí, Chile.

La geomorfología litoral se preocupa de estudiar las geoformas resultantes de la morfogénesis marina en el borde costero, el cual es la zona donde interactúan tres ambientes geográficos: la hidrosfera, (océano), la litosfera (continente) y la atmósfera.

En sentido estricto, el contacto entre la tierra y el océano ocurre en el
estrán, espacio comprendido entre el nivel de la máxima pleamar y de la máxima bajamar (amplitud de marea).

Las costas no han estado siempre localizadas en su emplazamiento actual; se han sucedido
transgresiones y regresiones en el curso de la historia geológica en que las glaciaciones y los movimientos tectónicos han hecho fluctuar el nivel marino. Es por ello que, en un sentido amplio, la zona costera abarca todas las geoformas cuyo origen haya sido la acción marina, aún cuando, actualmente, ellas no estén en contacto con el mar (ver foto inicial).

La acción marina alcanza a una porción de tierra superior a la orilla de más alta marea: como
acantilados, espacios alcanzados por las salpicaduras del oleaje, además de zonas siempre sumergidas próximas a la orilla.