En las vertientes o laderas de los interfluvios ocurren procesos derivados exclusivamente de la gravedad y procesos gravitacionales debidos a las aguas pluviales que embeben las rocas. Denominaremos a los primeros, remociones en masa y a los segundos, flujos.

Las vertientes o laderas, dependiendo de su morfografía y su estructura litológica, reaccionan de diversa manera ante la gravedad. De acuerdo a su morfografía, las vertientes poseen diferentes partes que exponen hacia el cenit diversas formas.

Las vertientes están afectadas por 2 componentes: uno vertical, asociado a energía cinética y acciones de erosión y el componente horizontal asociado a energía potencial y acciones de transporte y sedimentación.

Si omitimos las características litológicas de una vertiente, en la parte rectilínea el componente vertical y horizontal están en equilibrio. En la parte convexa la energía del componente vertical es mayor a la energía del componente horizontal. Por tanto, los procesos mecánicos de meteorización actúan directamente generando la formación de iluvios.

En cambio, en la parte cóncava la energía del componente vertical es menor a la energía del componente horizontal. Se asocia a la remoción de material y su sedimentación en la base, es decir, a la formación de coluvios.