Crevasse.

Movimiento del hielo

Los glaciares son móviles y tienen avances y retrocesos constantes a lo largo del tiempo histórico. Las velocidades varían de decenas de metros por año, como por ejemplo entre 50 m a 200 metros en los glaciares locales alpinos.

En los inlandsis los flujos marginales tienen velocidades de 30 a 500 metros por año. El flujo es mas acelerado en los bordes costeros que en el interior de las calotas donde el movimiento es lento, con progresiones anuales limitadas a algunos metros.

Se entiende por gasto sólido, el volumen de hielo que atraviesa en un año una sección transversal determinada. En los grandes glaciares el gasto sólido es del orden de hectómetros cúbicos y en los emisarios de los inlandsis de algunos kilómetros cúbicos.

El balance específico, es la diferencia de alimentación - fusión y se evalúa en altura de hielo por año. Un balance positivo caracteriza un glaciar en vías de acumulación, uno negativo un glaciar evacuador. La mayoría son mixtos, con sectores en que el hielo se acumula y otros en que se evacúa.

El escurrimiento del hielo depende de ciertas propiedades mecánicas y de su aptitud plástica, esto es su tendencia a deformarse, lo que explica su comportamiento.

En la superficie de los glaciares se producen grietas y fracturas en las primeras capas de hielo, lo que se debe a tensiones muy fuertes y brutales. Así, en la parte terminal de la lengua del glaciar se encuentran grandes bloques de hielo separados por superficies de fractura y fricción que se cabalgan y superponen, a veces a contrapendiente. A continuación, hay una zona constituida por hielo plástico sometido a compresiones, por lo que se forman pliegues y sinuosidades relacionados con los obstáculos topográficos. En el frente glacial, su estructura zonificada favorece el escurrimiento laminar, la que se manifiesta por la alternancia de bandas azuladas de hielo compacto y transparente, y de bandas blanquecinas de hielo con burbujas.

El escurrimiento del hielo es controlado por dos factores esenciales: su espesor y la pendiente. Para cada punto existe un espesor mínimo necesario para su puesta en movimiento. Este resulta de un efecto de masa el cual es posible a partir de una cierta presión que permita vencer la resistencia al movimiento y aumentar el deslizamiento. Así, se pasa de un glaciar receptor a uno evacuador. Por ejemplo, para una pendiente de 7º son necesarios 40 metros de espesor de hielo para que ocurra esta transición.

Este espesor critico alcanza valores considerables en pendientes bajas. A pesar de su espesor, las calotas glaciales del centro de la Antártica y de Groenlandia tienen velocidades de escurrimiento muy modestas. Cálculos efectuados muestran que se necesitarían 1000 metros de hielo suplementario en el inlandsis de Groenlandia para que se desencadenen flujos mas rápidos.

Con pendientes iguales, los glaciares espesos son mas móviles que los glaciares delgados, ya que la velocidad es proporcional al espesor.

La pendiente longitudinal del glaciar también influye en la velocidad de éste, por efecto de la gravedad. En efecto, la pendiente superficial marca la pendiente del lecho, sin embargo el escurrimiento glacial posee la facultad de vencer las contrapendientes debido al efecto de masa del glaciar.

En síntesis, el escurrimiento de un glaciar se define en función de su : espesor, pendiente y velocidad. Todo aumento del espesor lleva a una aceleración que el glaciar tiende a limitar aumentando el gasto sólido, se establece entre estas variables un estado de equilibrio en que el régimen glacial asegura la evacuación de todo excedente anual de precipitaciones sólidas.

Movimiento de un glaciar

Hay una variación transversal de la velocidad, la cual es mayor cerca de la línea central y disminuye hacia los lados por fricción contra las rocas. La velocidad también tiende a disminuir con la profundidad. La velocidad promedio es de 50 metros por año. El movimiento puede ocurrir ya sea resbalando sobre la base, por deformación interna del hielo, o bien, por alternancia de compresión y extensión de la masa de hielo en respuesta a los cambios en la superficie del sustrato que se encuentra bajo el hielo.

El deslizamiento basal es una causa importante del movimiento de un glaciar. Hay que considerar que la temperatura a la que el agua se congela se reduce bajo presión, y como un glaciar al moverse ejerce presión, se produce algo de fusión en su base formándose una delgada película de agua entre el glaciar y la roca base, esta película reduce la fricción y permite que el glaciar se deslice. Esto es frecuente en glaciares que se encuentran próximos a su temperatura de fusión y no en aquellos de áreas extremadamente frías.

También puede ocurrir compresión y extensión porque el hielo no puede deformarse lo suficientemente rápido al interior de la masa de hielo. Como resultado el hielo se fractura y se genera movimiento a lo largo de un plano. Se producen fracturas por tensión y el hielo es separado, formándose fisuras o
crevasses en las capas superiores del glaciar.

En el movimiento de flujo del hielo se reconocen dos zonas de movimiento:


Zona superior o zona de fractura

Entre la superficie y 30 a 60 metros de espesor. Este sector se comporta como un sólido quebradizo el cual se rompe en vez de sufrir una distorsión gradual. El movimiento produce tensiones superficiales y se forman
crevasses.

Las grietas pueden ser marginales que se disponen oblicuas a la dirección del movimiento y ocurren por el roce con las paredes de la roca.

Las grietas transversales tienen una orientación perpendicular a la dirección del movimiento del glaciar y se producen en respuesta a la tensión producida por un cambio de pendiente.

Las grietas longitudinales son paralelas a la dirección del movimiento del glaciar y ocurren por ejemplo por compresión lateral del hielo debido al angostamiento del valle por donde escurre el glaciar.

Las grietas radiales ocurren en el frente del glaciar como consecuencia de la expansión radial del hielo en la desembocadura.


Zona inferior o zona de flujo

La cual debido a la presión del hielo suprayacente se comporta como una sustancia plástica y empieza a fluir.

El flujo plástico del hielo glacial consiste en capas de moléculas una sobre otras, las cuales se deslizan cuando un esfuerzo sobrepasa la fuerza de los enlaces que las mantienen unidas. El desplazamiento de toda la masa de hielo a lo largo del terreno es el deslizamiento basal que ocurre sobre una lámina milimétrica de agua de fusión que se forma por incremento de la presión, como ya se señaló. El desplazamiento está controlado por el espesor del hielo y la pendiente.

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