El agua como agente morfogenético.
El agua del planeta es el principal agente morfogenético, tanto en estado líquido a través de las precipitaciones, escurrimientos superficiales, océanos y lagos, como en estado sólido mediante la acción glacial.

Los agentes morfogenéticos son los elementos del medio natural que son capaces de generar diferentes modelados sobre la superficie terrestre a través de la incorporación de energía cinética. Los agentes morfogenéticos pueden ser externos o internos. Los primeros están asociados a los elementos del clima como las precipitaciones, el viento y la temperatura, y a la acción de las aguas de escurrimiento, y del mar o lagos. En tanto, los internos están referidos a la energía endógena que mueve la corteza terrestre.

Los agentes más dinámicos a escala humana corresponden a los externos y el principal de ellos es el agua en su estado líquido y sólido. El agua genera, a través de mecanismos químicos y físicos, la alteración y disgregación de las rocas, principal proceso modelador del relieve.

Los seres humanos también somos agentes morfogenéticos de gran importancia. Acciones antrópicas como la minería, la silvicultura, la agricultura, la ganadería y las obras públicas (túneles, represas, carreteras) generan en el paisaje una serie de transformaciones que son capaces de reactivar procesos naturales o bien generar nuevos procesos. En efecto, las acciones humanas son capaces de generar erosión directa por excavación, y acumulación por rellenos antrópicos. Ejemplos de lo anterior son las minas a tajo abierto, canteras, terraplenes (ver fotos).

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