Entre el esbozo
respiratorio y el esófago se forma el
tabique
traqueoesofágico que va separando esos conductos.
Desde el endodermo se origina el epitelio y las
glándulas esofágicas, al inicio el epitelio
obstruye el lumen del esófago, recanalizándose
hacia la octava semana. El mesodermo que lo rodea forma la
pared muscular; musculatura estriada en los dos tercios
superiores, originada del mesodermo de los últimos
arcos faríngeos y musculatura lisa en el tercio
inferior del esófago, originada del mesodermo
esplácnico. A los lados del esófago se
encuentra el canal pericardio-peritoneal, que a ésta
edad embrionaria comunica libremente las regiones
pleuropericárdicas y peritoneal. Entre el
corazón en desarrollo y el saco vitelino se encuentra
un tabique transversal de tejido mesodérmico llamado
septum transverso. Este tabique formará el
mesogastrio ventral y gran parte del diafragma que separa
tórax de abdomen.
La
intima situación que existe entre el esbozo
respiratorio y el esófago explica la existencia de
defectos congénitos como la atresia
esofágica y las fístulas
traqueoesofágicas. Patologías
derivadas de un defecto en la disposición del tabique
traquoesofágico que al desviarse interrumpe la
continuidad del esófago, dejando los cabos en fondo
ciego o conectados con la traquea formando diferentes tipos
de fístulas. Esta situación impide que el feto
degluta líquido amniótico,
desarrollándose un polihidroamnios.
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