Los ríos producen depósitos tanto en el cauce como en la llanura de inundación. En los ríos que forman meandros, el depósito se produce tanto en el canal como en la llanura de inundación; en ésta la sedimentación ocurre cada vez que una crecida importante hace que el río se desborde de su cauce y comience a circular por la llanura de inundación situada a ambos lados. Al ocurrir esto la corriente pierde energía súbitamente y el río deposita la carga que transporta, episodios sucesivos de inundación son los responsables del espesor que va alcanzado en el tiempo dicha llanura. Durante cada inundación, los sedimentos más gruesos quedan al borde del canal formando dos crestas contiguas que se comportan como diques de contención natural. Los materiales más finos se depositan en pequeñas depresiones formadas por los meandros abandonados también llamados ox-bow, estas zonas quedan encharcadas después de cada inundación y en ellas se produce la decantación lenta de los materiales más finos (ver figura 1).

En los ríos anastomosados el canal de escurrimiento es muy ancho y el flujo se ramifica en torno a un gran número de bancos de aluviones, esto ocurre cuando la corriente transporta gran cantidad de material y de gran tamaño lo que favorece el depósito dentro de su propio canal. La formación de estos bancos o barras comienza por el depósito de materiales gruesos que constituyen su núcleo, cuando decrece la velocidad de la corriente, se depositan materiales más finos por encima y en los extremos de la barra, finalmente, la barra puede llegar a emerger e incluso ser colonizada por la vegetación. Finalmente, en los
torrentes, el escurrimiento es rápido e irregular.