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Como vimos anteriormente, el cromosoma Y gatilla
         una cascada de eventos que involucran a: La proteína
         SRY, que induce la diferenciación testicular. La
         hormona antimülleriana, producida por las
         células de Sertoli, que provoca la regresión
         del conducto paramesonéfrico. La testosterona,
         producida por las células de Leydig, que induce la
         diferenciación de la vía genital masculina. En
         ausencia del cromosoma Y la tendencia natural del organismo
         es la de diferenciar la vía genital femenina.  
         
      
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          Conductos genitales
         masculinos
         
         Como
         vimos en el capítulo precedente, hacia la novena
         semana de desarrollo la rete testis, formada por la
         convergencia de los túbulos seminíferos hacia
         la zona posterior de la gónada en desarrollo, toma
         contacto con una veintena de túbulos
         mesonéfricos que no han degenerado, los
         túbulos epigenitales, que formarán los
         conductos eferentes. Los túbulos mesonéfricos
         caudales al testículo, los túbulos
         paragenitales, pierden conexión con la rete testis y
         degeneran formando una masa tubular, en relación con
         el polo inferior del testículo, el paradídimo.  
         
            
               
                    
                  Embrión
                  de 8 meses
                | 
               
                   
                 | 
               
                   Bajo
                  la influencia de la testosterona los conductos
                  mesonéfricos continúan su desarrollo
                  aún cuando las unidades excretoras
                  mesonéfricas están involucionando.
                  Así, hacia la octava semana, el extremo
                  craneal del conducto mesonéfrico involuciona
                  formando el apéndice del epidídimo,
                  mientras que el resto de su trayecto dará
                  origen al epidídimo y al ducto deferente;
                  éste último caracterizado por
                  presentar una gruesa túnica muscular lisa. 
               
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         Hacia
         la décimo segunda semana se produce la
         conexión entre la rete testis y los conductos
         epigenitales o conductos eferentes, estableciéndose
         entonces una vía desde los túbulos
         seminíferos hasta el ducto deferente.
         
         En el extremo caudal del
         ducto mesonéfrico surge una evaginación
         lateral que dará origen a la vesícula seminal;
         la porción del conducto mesonéfrico extendida
         entre esta glándula y la uretra da origen al conducto
         eyaculador.
         
          Hacia la décima
         semana, desde la porción pelviana del seno
         urogenital, surgen brotes epiteliales endodérmicos
         que se evaginan hacia el mesénquima vecino para
         formar la próstata.  
         
         
            
               | 
                   El
                  tejido epitelial formará los acinos
                  glandulares y el mesénquima dará
                  origen al tejido muscular liso y al tejido
                  conectivo de la próstata. Precozmente, hacia
                  la décimo tercera semana, comienza la
                  actividad secretora de esta glándula. A
                  medida que se desarrolla la próstata, caudal
                  a ella, desde el endodermo de la porción
                  pelviana del seno urogenital, surge un brote
                  epitelial que dará origen a las
                  glándulas bulbouretrales. 
                | 
               
                   
                 | 
               
                     
                  Embrión de
                  sexo masculino de 14
                  semanas 
                  
               
  | 
             
          
         
         Conductos genitales
         femeninos
         
         En
         ausencia de factores virilizantes, el conducto
         mesonéfrico (Wolff) involuciona y se produce el
         desarrollo del conducto paramesonéfrico
         (Müller). 
         
         
            
               
                    
                  Embrión de
                  7 semanas
                | 
               
                   
                 | 
               
                   
                  El conducto paramenonéfrico presenta una
                  porción craneal, vertical, una
                  porción media, que cruza por ventral al
                  conducto mesonéfrico y una porción
                  caudal que tomando contacto con el conducto
                  homólogo del lado opuesto desemboca en el
                  seno urogenital. La porción craneal y media
                  del conducto mesonéfrico persisten como un
                  conducto delgado y largo, dando origen a las
                  trompas uterinas. Su extremo craneal se abre a la
                  cavidad celómica a través del ostium
                  abdominal y su borde libre formará el
                  infundíbulo y las fimbrias. 
               
  | 
             
          
          
         
         
 El
         epitelio celómico envuelve a las trompas y
         posteriormente formará el mesosalpinx. 
         
         
 
            
               | 
                   La
                  porción caudal de los conductos
                  paramesonéfricos se fusionan formando el
                  primordio úterovaginal. El proceso de
                  fusión procede desde caudal hacia
                  cefálico, dando origen al conducto
                  úterovaginal. La porción
                  cefálica de él formará el
                  útero y la porción caudal, junto como
                  una extensión del seno urogenital,
                  formarán la vagina. El mesénquima
                  esplácnico que rodea al útero forma
                  el miometrio y el epitelio celómico que lo
                  cubre formará el perimetrio. 
                | 
               
                   
                 | 
               
                     
                  Embrión de
                  sexo femenino de 9
                  semanas 
                  
               
  | 
             
          
           
         
         La
         fusión de los conductos paramesonéfricos
         levanta al epitelio celómico que los cubre, formando
         un pliegue en el plano frontal dispuesto entre el recto y el
         seno urogenital, dando origen a los ligamentos anchos del
         útero. 
         
         
            
               
                   
                    
                  Embrión
                  de sexo femenino de 20
                  semanas
                | 
               
                   
                 | 
               
                   En
                  algunos mamiferos inferiores el útero adopta
                  una forma bipartita, utero bicornio, al producirse
                  la fusión parcial de los conductos
                  paramesonéfricos. En la formación de
                  la vagina participan dos elementos embrionarios: el
                  conducto úterovaginal, producto de la
                  fusión de los conductos
                  paramesonéfricos, que forma el tercio
                  superior de la vagina y el seno urogenital que
                  dará origen a los dos tercios inferiores de
                  ella.  
               
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 Durante
         el tercer mes de vida intrauterina, desde el endodermo del
         seno urogenital surgen dos brotes epiteliales, los bulbos
         sinovaginales, que crecen hacia el conducto
         úterovaginal. Los bulbos sinovaginales se fusionan
         para formar una placa vaginal sólida, interpuesta
         entre el seno urogenital y el canal útero
         vaginal. 
         
         
            
               | 
                   A
                  medida que prolifera la placa vaginal el
                  útero en desarrollo se aleja del seno
                  urogenital y, hacia el cuarto mes, el extremo
                  inferior de la placa se posiciona la pared
                  posterior del seno urogenital definitivo. Durante
                  el quinto mes la placa vaginal de canaliza pero en
                  el orificio inferior de la vagina persiste una
                  delgada lámina epitelial perforada, el
                  himen, que lo separa del seno urogenital. La
                  membrana mucosa que cubre las paredes vaginales
                  deriva entonces del epitelio endodérmico del
                  seno urogenital. 
                | 
               
                   
                 | 
               
                     
                  Embrión
                  femenino de 20
                  semanas 
                  
               
  | 
             
          
          
            
               
                    
                  Feto de
                  sexo femenino de 12
                  semanas 
                  
                | 
               
                   
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                   A
                  partir de la uretra se desprenden brotes
                  epiteliales que crecen hacia el mesénquima
                  circundante para formar las glándulas
                  uretrales y parauretrales (de Skene); elementos que
                  son homologables a la próstata de los fetos
                  masculinos. Desde el endodermo del seno urogenital
                  surgen evaginaciones epiteliales en la zona vecina
                  al orificio vaginal, que conforman glándulas
                  vestibulares mayores (de Bartholin), elementos
                  homologables a las glándulas bulbouretrales
                  (de Cowper) de los fetos de sexo masculino.  
               
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