Feto nacido muerto.
Proyección de una víscera o parte de ella por un orificio corporal natural o accidental.
Espacio, fisura o abertura de alguna estructura corporal.

 



En el desarrollo del pulmón existe una interacción entre el brote endodérmico que va originando las divisiones bronquiales y el mesodermo que lo rodea, siendo este último el que controla la ramificación del tracto respiratorio. Así, en la organogénesis del pulmón es posible reconocer las siguientes etapas: etapa embrionaria, etapa seudoglandular, etapa canalicular, etapa de saco terminal y etapa alveolar.

Durante la etapa embrionaria, extendida desde el día 25 hasta finales de la quinta semana, aparece el esbozo pulmonar y se desarrolla su división hasta la formación de los segmentos broncopulmonares. Durante este periodo los pulmones en desarrollo comienzan a ocupar el canal pericardio peritoneal.

En la etapa seudoglandular, que se extiende entre la quinta y la décimo sexta semana, se produce la mayor formación y desarrollo del sistema de conductos en los segmentos broncopulmonares, con excepción de los bronquiolos respiratorios y de los alvéolos.

En este periodo no es posible la respiración, de modo tal que los fetos que nacen a esta edad no son viables.

Las características histológicas del pulmón, en esta etapa, recuerdan la imagen de una glándula
exocrina de ahí su nombre.

Durante este periodo comienza la formación del sistema vascular pulmonar. Así, desde el sexto arco aórtico, llamado arco pulmonar, surgen ramas vasculares que acompañan al esbozo pulmonar a sus divisiones.


Pulmón en la etapa pseudoglandular

 


Embrión de 7 semanas

La parte proximal del arco aórtico derecho persiste como arteria pulmonar derecha, mientras su parte distal pierde su conexión con la aorta dorsal.

La parte proximal del arco aórtico izquierdo forma la arteria pulmonar izquierda y su parte distal persiste como ducto arterioso, conectándose con el cayado aórtico.

 

 

Por su parte, los colectores venosos de cada pulmón desembocan en un gran colector único, la vena pulmonar común, que se conecta con la aurícula izquierda.

A medida que crece el corazón, la pared venosa es incorporada a la aurícula, lo que da como resultado que las ramas tributarias de la vena quedan desembocando en la aurícula.


Así, finalmente, se abren en la aurícula izquierda cuatro venas pulmonares, dos derechas y dos izquierdas.


Embrión de 8 semanas


Pulmón en la etapa canalicular

El periodo canalicular se extiende entre la décimo sexta y la vigésimo sexta semana.

En esta etapa, se produce la formación de los bronquiolos respiratorios y de los conductos alveolares, como resultado de la división de los bronquiolos terminales.

Existe una gradiente cráneo-caudal de maduración en el pulmón, de manera que los segmentos craneales van más avanzados en la formación de los componentes respiratorios.


Otro hecho notable en esta etapa es el gran desarrollo de los vasos sanguíneos pulmonares y la disposición de plexos capilares en relación con las paredes de los bronquiolos respiratorios.

Estas características posibilitan que un feto nacido hacia el final del periodo canalicular pueda sobrevivir con cuidados intensivos, pero la inmadurez pulmonar es la principal causa de inviabilidad a esta edad.

En el periodo de saco terminal, que se extiende desde la semana 26 hasta el nacimiento, se desarrollan los sacos terminales (alvéolos primitivos) y el epitelio se adelgaza notoriamente.

Se establece un intimo contacto entre las células epiteliales y endoteliales, formándose la barrera hematogaseosa que permite un adecuado intercambio de gases en caso de que el feto nazca prematuramente.

Sin embargo, en esta etapa no se observan alvéolos maduros característicos.


Pulmón en la etapa de saco terminal


En el epitelio alveolar se diferencian dos tipos celulares; los neumocitos o células alveolares tipo I, células planas a través de las cuales se produce el intercambio gaseoso después del nacimiento y los neumocitos o células alveolares tipo II, células que secretan surfactante. El surfactante es un fosfolípido (se han descrito cuatro variedades: surfactante A, B, C y D), factor tensoactivo, que se extiende sobre la superficie de los alvéolos para reducir la tensión superficial y facilitar la expansión de los alvéolos durante la respiración.

La producción de esta proteína se inicia en la semana 20, pero se encuentra en pequeñas cantidades en los niños prematuros, alcanzando niveles adecuados hacia el final del periodo fetal.

La deficiencia de surfactante es un factor determinante en la aparición del síndrome de insuficiencia respiratoria o enfermedad de la membrana hialina en el recién nacido prematuro. En esta afección, se produce el colapso de los alvéolos durante la espiración, observándose en ellos un liquido rico un proteínas, membranas hialinas y cuerpos laminares.


Pulmón en la etapa alveolar

La etapa alveolar se extiende desde el periodo perinatal hasta los diez años. Al momento del nacimiento los pulmones no están maduros. De hecho, el 95% de los alvéolos se forman en la vida postnatal.

El principal mecanismo de este incremento es la formación de tabiques secundarios de tejido conectivo que dividen los sacos alveolares existentes.

Inicialmente estos septos son gruesos y progresivamente se van adelgazando, adquiriendo una morfología más adecuada para su función de intercambio gaseoso.


Antes del nacimiento, los alvéolos inmaduros o primitivos se observa como pequeños abultamientos en las paredes de los bronquiolos respiratorios y de los sacos alveolares.

Después del nacimiento, los alvéolos inmaduros crecen y se tabican generando nuevos alvéolos. En los pulmones del recién nacido se encuentran alrededor 50 millones de alvéolos, una sexta parte del número del pulmón adulto; por esta razón, las radiografías de tórax a esta edad muestran un pulmón más denso. Hacia los diez años de edad, los pulmones adquieren la máxima expresión alveolar, alcanzando un número de 300 millones de alvéolos maduros, que ya no siguen tabicándose, con una rica red capilar en su entorno.

Los movimientos respiratorios prenatales, detectables en las ecografías obstétricas de tiempo real, son importantes para el desarrollo pulmonar y tonifican a los músculos respiratorios. Estos movimientos respiratorios fetales se incrementan a medida que se aproxima la fecha del parto y provocan la aspiración de liquido amniótico.

Al momento de nacer la mitad de los pulmones esta lleno de liquido proveniente de las glándulas bronquiales y del liquido amniótico. Las primeras respiraciones del recién nacido desplazan este liquido hacia la traquea y hacia los capilares pulmonares, sustituyéndolo por aire. Este hecho es importante desde el punto de vista medico-legal ya que un trozo de pulmón de un mortinato no flotará al ponerlo en agua (docimasia pulmonar negativa).

 
 

[Introducción][Laringe][Tráquea y bronquios][Pulmón][Pleura y diafragma]

 

ÿ