Conclusiones y Recomendaciones

Todo miembro del equipo de salud puede brindar alivio y apoyo emocional al niño quemado y su familia. Este apoyo comienza desde el minuto en que se tiene el primer contacto con ellos y continúa durante todo el proceso de rehabilitación.

Recomendaciones para los padres:


• En las primeras semanas de ocurrida la lesión, el niño se encuentra muy lábil emocionalmente, requiere de comprensión, compañía y apoyo.

• Faciliten la expresión de sus sentimientos y emociones.

• No se angustien por la reacción inicial del niño, esto es parte del proceso de ajuste inicial.

• Posteriormente, establezcan límites de su conducta, de manera gradual, para que el niño comience a colaborar en su recuperación.

• Faciliten la autonomía y responsabilidad en la medida de lo posible.

• Es muy importante que no sobreprotejan al niño, por el contrario, favorezcan su más pronta reincorporación a sus actividades habituales, previas a la lesión.

• De gran utilidad es que desde muy temprano, lo incorporen a actividades sociales, recreativas o artísticas fuera del ámbito escolar, para que ejercite sus habilidades sociales y desarrolle estrategias de enfrentamiento social post quemadura (cumpleaños, fiestas, ir al cine, entre otras)

• El apoyo y control del cumplimiento del tratamiento es de suma importancia, en esto los padres cumplen un rol fundamental, reforzando constantemente y en ocasiones obligando al niño, utilizando premios y sanciones según el éxito logrado. Clave en este apoyo es que los padres tengan absoluta claridad del tratamiento, de su importancia, sus alcances y confíen es éste y en el equipo rehabilitador.


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