Los tallos son erectos, robustos, huecos
y de sección cuadrangular; pueden alcanzar hasta 2 m de altura,
aunque lo normal es que ésta fluctúe entre 0,8 y 1,2 m.
A partir de los nudos basales del tallo
principal pueden originarse entre una y hasta cinco ramas por planta; el
número promedio depende fundamentalmente de la densidad de población,
de la fertilidad del suelo y de la fecha de siembra, pero en general
se aproxima a tres. La mayor parte de las ramas comienza su desarrollo
tempranamente luego de ocurrida la emergencia, haciéndose visibles
cuando el tallo principal presenta aproximadamente tres hojas como promedio
(Figura 5).
Figura 5. | Planta con presencia de ramas basales. |
Las ramas basales, que son en general bastante
vigorosas, alcanzan un crecimiento que en muchos casos se asemeja al del
tallo principal (Figura 6); las ramas basales aportan, en promedio, entre
50 y 70% del total de las vainas producidas por una planta.
Figura 6. | Planta en etapa reproductiva que presenta dos ramas basales con un crecimiento similar al del tallo principal. |
Las plantas pueden además presentar
ramas secundarias, las cuales se originan a partir de los nudos vegetativos
inferiores de las ramas basales. Entre 70 y 100% de las plantas producen
al menos una rama secundaria, siendo común que no produzcan más
de tres. Estas ramas, que son de menor importancia, igualmente alcanzan
un crecimiento relativamente importante, el cual se expresa en 10 o más
nudos totales por rama.
Las ramas al ir adquiriendo peso, en la
medida que ocurre el llenado de granos, se van apartando del eje central,
hasta llegar incluso a quebrarse. Esta situación dificulta, en mayor
o menor medida, la labor de cosecha de las vainas.