Las hojas son compuestas, generalmente
imparipinadas, alternas, sin zarcillos y rígidas; las primeras hojas
del tallo principal presentan de 7 a 11 folíolos (Figura 8), incrementándose
paulatinamente el número de éstos, hasta llegar a un máximo
de 15, en las hojas que se desarrollan en posiciones más altas.
Figura 8. | Planta con dos hojas imparipinadas, cada una terminada en un folíolo; la tercera hoja, que está desplegándose, termina en dos folíolos, siendo paripinada. |
Los folíolos se presentan insertos,
a través de peciólulos, en un raquis que puede medir entre
3 y 7 cm de largo; son pequeños, dentados y presentan una gran variación
incluso dentro de la misma hoja, pudiendo variar su longitud entre 8 y
17 mm, y su ancho entre 5 y 14 mm. Los folíolos, al igual que los
tallos, presentan abundante pilosidad; esta es una característica
muy importante, ya que los pelos, junto con secretar una solución
acuosa compuesta principalmente por ácido málico (90 a 96%)
y oxálico (4 a 9%), colectan humedad ambiental; esto ayuda de manera
significativa para que las plantas mantengan su contenido hídrico
y soporten en mejor forma los déficit de humedad que normalmente
se producen en las zonas de producción del cultivo.
El tamaño de los folíolos
y la disposición abierta de hojas y ramas, favorecen la penetración
de luz en el perfil y la actividad fotosintética en todo los niveles
de la planta.
En la base de cada hoja, a partir del
punto de unión con el tallo, se presentan dos estípulas generalmente
dentadas, las cuales miden de 3 a 5 mm de largo y de 2 a 4 mm de ancho.