El tallo principal se origina en forma subterránea a partir del punto de crecimiento, el cual, inicialmente, se ubica en el lugar de unión del mesocotilo con el coleoptilo. El tallo principal permanece bajo el suelo, creciendo lentamente hasta alcanzar la superficie; poco antes de que esto ocurra y aún bajo el nivel del suelo, se produce un ligero engrosamiento del primer nudo, hecho que marca el comienzo de la fase de encañado.
Los internudos presentes en los tallos
van siendo cada vez más largos hacia el ápice de la planta;
los nudos, en tanto, que son de consistencia sólida, van haciéndose
más prominentes en la medida que la planta avanza en su crecimiento
durante la etapa de encañado (Figura 4). Los tallos, dependiendo
del cultivar, presentan entre seis y nueve internudos, pudiendo alcanzar
una altura que fluctúa entre 0,6 y 1,5 m.
Planta encañada mostrando nudos e internudos en el tallo principal y en el primer macollo. |