A partir de los subnudos del eje principal
se producen brotes secundarios llamados macollos, los cuales comienzan
a emerger cuando las plantas presentan tres hojas; en la medida que crecen
van generando su propio sistema de raíces, logrando así independizarse
de la planta que les dio origen. La cebada presenta una producción
de macollos similar a la del trigo, obteniéndose en el caso de las
cebadas primaverales, que son las más cultivadas en Chile, un promedio
de dos a tres macollos por planta (Figura 6). Sin embargo, la muerte de
macollos más pequeños, una vez que se inicia la floración
en el tallo principal, y la competencia por luz que se genera sobre los
macollos que se encuentran atrasados en su desarrollo, determinan que en
promedio se obtenga solamente un macollo productivo por planta (Figura
6).

| Planta de cebada con dos macollos: uno avanzando en su desarrollo y otro pequeño que no llegará a ser productivo. |