HOJAS

Las hojas de las plantas de cebada son más largas y de un color más claro que las de trigo, siendo en general glabras y rara vez pubescentes; su ancho varía entre 5 y 15 mm. Los cultivares primaverales se caracterizan por presentar hojas lisas; los cultivares invernales, por su parte, presentan hojas rizadas y más angostas.

Las hojas están compuestas por una vaina, una lámina, dos aurículas y una lígula (Figura 5). La vaina de cada hoja envuelve la sección del tallo ubicada por sobre el nudo a partir del cual se origina; en la unión de la vaina con la lámina se observa un par de aurículas largas y abrazadoras, las cuales son glabras y pueden presentarse pigmentadas por antocianinas; la lígula, por último, es glabra, corta y dentada.
 
 

 
Figura 5. Componentes de una hoja de cebada.
 
 
Las hojas, desde un punto de vista morfológico, pueden dividirse en tres grupos:

a) Primera hoja: la lámina es de punta redondeada; tiene aurículas reducidas y presenta una pequeña vaina.

b) Hojas ubicadas entre la primera y la superior: tienen una lámina de mayor crecimiento y terminan en punta aguda.

c) Hoja superior o bandera: en general presenta una lámina pequeña y una vaina mucho más larga que las hojas que la preceden.
 
 


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