REVISTA
ARQ 72 | agosto 2009
Ríos urbanos
Grandes o pequeños, de aguas tranquilas o tormentosas, los ríos que acompañan a la mayoría de las ciudades también las caracterizan. A veces se los desdeña por un tiempo, como el mismo Manzanares en Madrid o el Mapocho en Santiago. Luego se intenta recuperarlos porque, claro, no es un accidente geográfico cualquiera: traen vegetación, humedad, fauna, sombra y ruido tranquilizante.
A los grandes ríos nadie los ha ignorado nunca: servían como defensa —como el Sena en París y el Támesis en Londres— y a veces han sido la única fuente de riqueza para un pueblo —como el río Nilo con sus crecidas—. Pocos han sido tan cuidadosamente tratados, como el río de la ciudad de Ljubljana, en Eslovenia, por el arquitecto Joze Plečnik durante inicios del s. XX.
En Santiago, el río Mapocho fue considerado por primera vez al acercarse la celebración del primer centenario de la República, con la creación del paseo del parque Forestal y el Museo de Bellas Artes. Sin embargo, después de eso ha sido ignorado y olvidado; se le ha descubierto como solución vial y buen negocio para la generación de autopistas. En los últimos tiempos hemos comenzado a verlo con más aprecio, los ciudadanos y específicamente los arquitectos distinguen posibilidades en su largo trayecto, especialmente en su zonas oriente y poniente.
Este nuevo número de la revista, con sus textos y obras, pretende ayudarnos a mirar de nuevo a los ríos urbanos, esta vez con más respeto.
Se incluye —para los suscriptores— el segundo Cuaderno de la Técnica ARQ titulado Acústica, con obras de investigación realizadas en talleres de nuestra Escuela de Arquitectura, esta vez con el auspicio de la empresa KNAUF.