En forma natural los salmones inician su vida en los ríos. Cada año en otoño, una hembra y un macho ponen y fertilizan las ovas en un nido de grava que previamente ha forjado la madre. La hembra construye hasta cinco nidos, depositando entre 500-1000 huevos en cada uno. Una vez terminados, el macho elegido se pone muy junto a ella. En ese momento la pareja en forma sincronizada libera los huevos y los espermios, produciéndose la fertilización. Luego la hembra tapa el nido.
Durante dos o tres meses los huevos se van desarrollando hasta llegar al estado de ojo para luego eclosionar y ser un alevín de saco, saco que luego es absorbido para posteriormente dar paso a los alevines propiamente tales.
Según la especie del salmón será el comportamiento del alevín, permaneciendo en agua dulce desde pocos días hasta un año.