El primer propósito de la enfermera, en el cuidado de las
heridas, está enfocado al conocimiento
de la fisiología y anatomía de la piel para reconocer
la importancia de su integridad y el cuidado requerido frente
a su destrucción. Esto significa que antes de cualquier
tipo de intervención, debe poner atención a las alteraciones
del funcionamiento orgánico y los efectos potenciales sobre
el proceso de cicatrización.
Es así como las alteraciones funcionales
de la piel, que se producen cuando pierde su integridad, determinan
complicaciones generales como infección por falta de protección,
enfriamiento por alteración en la termorregulación,
desequilibrio hidroelectrolítico
y