Para garantizar los mejores resultados posibles,
es fundamental que la intervención del equipo rehabilitador
se inicie en el momento del ingreso al Centro hospitalario, a
través de medidas tendientes a prevenir la ocurrencia de
secuelas:
Manejo de edema, posicionamiento antideformidad, movilizaciones,
ejercicios, presoterapia precoz, entrenamiento en las actividades
de la vida diaria, apoyo emocional y psicológico.