El proceso de enfermería es el método a través del cual se aplica una base teórica al ejercicio profesional, es decir, al cuidado propiamente tal, a partir de una reflexión previa que exige las capacidades cognitivas, técnicas y de relaciones interpersonales de la enfermera. Este planteamiento suministra un método sistemático para el cuidado de las heridas, porque le da una finalidad y organización para lograr una intervención con acciones proactivas, que favorezcan la reparación de los tejidos y que finalmente se logre una herida que cure con una cicatriz de calidad.

La enfermera tiene un papel protagónico en la atención integral del niño que ha sufrido una lesión por quemadura y en la prevención de esta lesión.

La enfermera requiere desarrollar sus capacidades cognitivas y técnicas, al enfrentarse, no sólo a un niño lesionado, sino a que toda una familia en estado de desaliento y descontrol emocional.

La enfermera es quién primero interactúa con el niño y sus padres e identifica los aspectos relevantes, relacionados con la gravedad de sus quemaduras, para luego aplicar todas sus habilidades interpersonales para acogerlos y ayudarlos en esta difícil e inesperada situación.

Además, debe conocer los indicadores epidemiológicos y los factores de riesgo que intervienen, para de esta manera ayudar en la educación de la comunidad, familia, padres y niños. Las acciones deben dirigirse a los grupos de mayor riesgo, para lograr cambios de conducta y hábitos, orientándolos hacia el autocuidado.



Con relación a la atención directa de un niño quemado en la etapa aguda, la enfermera debe ser capaz de desarrollar el proceso de enfermería; realizando la valoración del niño y el diagnóstico de la situación, aplicando sus conocimientos en relación con los problemas generales y locales. Debe brindar una atención en la que el niño y su familia se sientan acogidos, comprendidos, apoyados y orientados a partir de una información y comunicación clara y comprensible.


Debe ser capaz de derivar a hospitalización o a centros especializados en la materia, utilizando las normas de atención ambulatoria. Además, debe realizar una correcta técnica de curación atraumática, que favorezcan la cicatrización espontánea o en su defecto, preparar la zona de la mejor forma posible para recibir un injerto.



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Es importante destacar, que la forma de valorar y enfrentar el cuidado de las heridas ha sido muy variada desde tiempos inmemorables, debido a la incesante búsqueda de los seres humanos por mejorar los tratamientos. Aún en la actualidad hay divergencias respecto al tema, a lo que se agrega el hecho de que existen en el mercado muchos métodos y tecnologías que se ofrecen para el cuidado y curación de las heridas.

En lo que todos estamos de acuerdo en que la aplicación del conocimiento del proceso de cicatrización es esencial para un buen cuidado de las heridas, ya que permitirá no interferir en su desarrollo natural y colaborar en sus sucesivas etapas para obtener el resultado esperado una herida que cure con una cicatriz de calidad. Junto a lo anterior es fundamental para la enfermera, mantenerse actualizada respecto a los últimos avances relacionados con los principios de la curación.

La postura de la enfermera frente al cuidado de las heridas en general y especialmente frente a las heridas por quemaduras, debe contemplar los siguientes aspectos:

• El usuario, es el centro del cuidado, razón por la cual su etapa del ciclo vital comandará cualquier acción de enfermería. La tecnología se adaptará a ello y no el individuo a la tecnología.

• El cuidado de las heridas se desprende de un acto médico, por tanto, debe considerarse como una actividad delegada. Esto hace que las acciones para el cuidado de la heridas sean en sí misma autónomas, dado que la naturaleza de la enfermería va más allá de la técnica y la práctica, por que se basa en un modelo de ejercicio profesional.

• Además de ser una actividad interdependiente, también requiere una mirada multidisciplinaria, es decir, muchas veces se requiere del importante aporte de otros profesionales, además del médico y de la enfermera.

• En todo momento sus acciones deben estimular tanto al niño, como a la familia, en el cumplimiento de indicaciones, en la etapa aguda como de rehabilitación, usando para ello la fundamentación adecuada. Al mismo tiempo debe pesquisar los factores que perjudican la buena evolución y tratamiento del niño, derivándolo al profesional que corresponda (médico, asistente social, psicólogo, entre otros).

• Debe adelantarse a las secuelas funcionales y estéticas que podrían dejar las quemaduras, ya que desde que se produce el accidente (desde la primera curación) se debe rehabilitar al niño por medio de una curación adecuada, vendajes e inmovilización que correspondan a posiciones funcionales, que vayan en contra de la retracción (con apoyo de kinesiólogos y terapeutas ocupacionales).

• Debe calmar el dolor a través de analgésicos, según protocolo o prescripción médica y comprenderlo para ser efectiva en el cuidado y atención del niño quemado.
Para esto, debe considerar: la base física del estímulo, el desarrollo biológico, psicológico y cognitivo en que se encuentra el pequeño, el significado del estímulo para el niño y especialmente, el significado para sus padres, el contexto de la situación en que el estímulo es producido, las experiencias pasadas de dolor y el aprendizaje que se generó de esa situación.
El cuidado de enfermería frente a un niño con proceso doloroso, tiene como objetivo fundamental, disminuir el dolor y la ansiedad que experimenta.

Con relación a la comunidad, una de las tareas fundamentales que debe realizar la enfermera, es la prevención de lesiones por quemadura. Para ello y sobre la base de sus conocimientos respecto a los indicadores epidemiológicos y los factores que intervienen en este accidente, debe programar estrategias de prevención, tales como son la educación a la comunidad, familia, padres y niños.

GUÍA DEL PROCESO DE ENFERMERIA: Etapa Inicial del niño Quemado

VALORACION

- Anamnesis
· Edad.
· Lugar de Residencia.
· Agente Causal.
· Fecha y hora de ocurrencia.
· Aplicación de tratamiento casero.
· Enfermedades asociadas o recientes.
· Mecanismo de producción de la lesión.
· Nivel sociocultural de los padres o tutores del niño.
· Capacidades de cuidado en el hogar de los padres o tutores del niño.
- Examen Físico General
· Aspecto General.
· Estado higiénico.
· Signos Vitales.
· Valoración del dolor según edad.   profundizar >>
- Examen Físico Local
· Localización    ver localización >>
· Profundidad   ver profundidad >>
· Extensión    ver extensión >>
OBJETIVOS
· Valorar gravedad
· Calmar el dolor
· Prevenir shock hipovolémico
· Prevenir infección
DIAGNOSTICOS
· Alteración de bienestar, dolor relacionado con quemadura, evidenciado por: irritabilidad, taquicardia, llanto, expresión o descripción de dolor.
· Riesgo potencial de shock hipovolémico secundario a quemadura profunda o extensa (en niños mayores de 2 años: mayor de un 10%; en niños menores de 2 años: mayor del 8%).
· Riesgo potencial de infección de herida secundaria a : tratamientos caseros, evolución mayor a seis horas o presencia de enfermedades asociadas o recientes.
· Riesgo potencial de infección relacionado con lugar de residencia que dificulta asistencia a controles o bajo nivel sociocultural de los padres o tutores.
INTERVENCIÓN
· Valoración del dolor
· Permitir presencia de padres
· Priorizar sedación del dolor
· Permeabilizar acceso venoso
· Valorar y monitorizar signos de deshidratación y shock hipovolémico
· Aislar y proteger quemaduras: posición, inmovilización y protección de zonas cruentas
· Abrigar
EVALUACIÓN
· Estabilización o disminución de la gravedad
· Ausencia o disminución del dolor
· Estabilidad hemodinámica
· Ausencia de infección

Evaluar cada uno de estos parámetros según Criterios de Gravedad y Normas de atención ambulatoria en COANIQUEM. ver normas >>