Los demógrafos carecen de fuentes que les permitan establecer con exactitud el número de aborígenes americanos al momento de la llegada de los españoles y durante el período colonial.

Para conocer dicha población los especialistas generalmente han tenido que trabajar con datos provenientes de fuentes interesadas. Mientras unas minimizaron el descenso demográfico nativo (correspondencia de los conquistadores), otras lo exageraron (Historia de las Indias de fray Bartolomé de las Casas).

Por otra parte, las diferencias culturales que existían entre los pueblos nativos imposibilitan las generalizaciones en el campo de la demografía histórica. Es muy distinto estimar la población de una región donde se desarrolló una activa vida urbana (México o Perú), a una donde imperó la transhumancia (Chaco o Patagonia).

El problema más grave ha sido el cálculo de la población indígena existente antes de la irrupción europea, pues todos los especialistas se basan en extrapolaciones de cifras provenientes de los siglos XVI y XVII. La interpretación de las fuentes coloniales ha dividido a los demógrafos, lo cual explica las enormes variaciones que encontramos en sus estudios. Así, mientras para unos la población indígena en 1492 alcanzaba los 13 millones, otros la han estimado en alrededor de 100 millones.

¿Pero cómo se explican estos contrastes en los cálculos? La forma en que se realizaban los censos parece ser la respuesta. En la Europa del siglo XVI, por ejemplo, la población se contaba tomando como base los "fuegos", que no eran otra cosa que la cuantificación de los grupos familiares. La dificultad se presenta cuando el coeficiente asignado a cada "fuego" oscila (entre dos y seis miembros generalmente) y, por tanto, la cifra de la población total varía considerablemente. Sólo a partir del siglo XVIII los censos de la población se pueden considerar confiables, pues el margen de error es menor al del conteo por "fuegos".

En América la fuente más confiable ha sido la contabilidad que realizaban los funcionarios españoles (corregidores y vistadores) de los indios tributarios. Ello implicaba considerar a una masa laboral indígena entre los 15 y los 55 años, omitiendo a niños, mujeres y ancianos. Por tanto, a cada tributario se le asignaba un coeficiente a la manera de los "fuegos" europeos, con los consiguientes problemas ya señalados.

Veamos a continuación un gráfico con los cálculos de los principales autores sobre el tema.

Población Indígena en 1492 (en millones)

Tesis "alcista" Tesis "intermedia" Tesis "bajista"
Dobyns 90 a 112 Denevan 57 Stewart 15.5
Cook y Borah 100 Sapper 40 a 50 Rosenblat 13.3
  Rivet 40 a 45 Kroeber 8.4

Independientemente del número de indígenas que se considere como punto de partida, en la primera mitad del siglo XVII alrededor de un 80% de la población aborigen había desaparecido por distintas razones. En el Virreinato de Nueva España, sin duda la región más estudiada por la demografía histórica americana, el descenso poblacional ha tenido varias interpretaciones. Veamos los dos extremos:

Descenso de la población indígena de Mexico central

según Cook y Borah: 1492
1523
1548
1568
1580
1595
1605
25.3 millones
16.8 "
 6.3  "
 2.6  "
 1.9  "
 1.3  "
 1.0  "
según Rosenblat 1492
1570
1650
4.5 millones
3.5 "
3.4 "

Fuentes: Nicolás Sánchez Albornoz, et.al., La población de América Latina, Ed.Paidos, Buenos Aires, 1968, pág.36, Angel Rosenblat, La población indígena y el mestizaje en América, tomo 1, Ed.Nova, Buenos Aires, 1954, págs.59, 88 y 102.

A partir de la segunda mitad del siglo XVII comenzó una lenta recuperación demográfica que en algunos lugares se ha mantenido hasta la actualidad. De hecho, en México y Perú, importantes países de nuestra América, el porcentaje de población nativa sigue siendo muy significativo.

Recuperación de la población indígena del Perú
Año Población Indígena
1615 728.615
1754 343.061
1774 455.955
1789 611.431
1792 608.912
1795 648.606
1811 725.433

Fuente: Jürgen Golte, Repartos y rebeliones. Túpac Amaru y las contradicciones de la economía colonial, IEP, Lima, 1980, pág.47, citado en Armando de Ramón, et.al., La gestación del mundo hispanoamericano, Ed.Andrés Bello, Santiago, 1992, pág.236.

¿Por qué presentamos todas estas cifras? Primero, para demostrar las carencias que subsisten en la demografía histórica americana y para señalar la falta de estudios a nivel regional. Además, para intentar la comprensión de los problemas indígenas en el mundo de hoy, considerando su historia, sus necesidades y sus sentimientos.

Por último, creemos que la construcción de una América integrada y armónica pasa por el respeto del mundo indígena, de su historia, su cultura y la búsqueda de soluciones frente a las actuales condiciones de marginalidad que sufren en muchos países.



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