Una maniobra que puede ayudar al diagnóstico de una hernia inguinal es introducir un dedo por el anillo inguinal superficial, invaginando la piel del escroto. No siempre es posible penetrar este orificio si no está mayormente dilatado. De lograrse, y quedar dentro del canal, se le pide al paciente que puje o tosa. Las hernias inguinales indirectas tienden a chocar la punta del dedo del examinador; las directas salen de la pared posterior y tocan la parte lateral del dedo. Esta maniobra se puede hacer con el paciente acostado o de pie. El dedo a usar depende de la contextura del paciente: en niños se prefiere usar el dedo meñique; en adultos se puede usar el dedo índice u otro. En términos prácticos, al cirujano no le influye mayormente saber si la hernia es indirecta o directa ya que al abrir el canal inguinal verá por dónde está saliendo.