Vista lateral de la hernia inguinal de la pantalla anterior, inmediatamente antes de ser operada.

Hallazgos al examen físico:

Con el paciente en posición de pie: se busca un aumento de volumen en la región inguinal, que se hace más evidente cuando el paciente puja o tose; al presionar el examinador con su mano, logra hacer entrar el contenido del saco herniario al abdomen (como se explicó esto no ocurriría en hernias atascadas o estranguladas). Este aumento de volumen que se puede reducir, ocurre sobre el ligamento inguinal en las hernias inguinales, y bajo éste, en las de tipo crural o femoral.

Con el paciente en decúbito dorsal: es posible que la hernia sólo se pueda ver con maniobras de Valsalva al pedir al paciente que puje o tosa. En otros casos, se ve espontáneamente, sale con mucha facilidad. Al aplicar presión sobre la hernia, se logra colapsar al hacer entrar su contenido a la cavidad abdominal. Esto puede acompañarse de una sensación de gorgoteo o de algo que se escurre bajo los dedos del examinador y que tiene mucho valor para asegurar el diagnóstico.