1. Cerebro
  2. Cerebelo
  3. Puente
  4. Bulbo
  5. Médula espinal
  6. Seno carotídeo
  7. Aorta
  8. Cadena simpática con ganglios paravertebrales
  9. Vasos sanguineos
  1. Nervio glosofaríngeo (IX par)
  2. Nervio vago (X par). Fibras motoras y sensitivas
  3. Nervio cardiaco
  4. Fibras simpáticas que inervan vasos sanguineos
  5. Barorreceptores del seno carotideo
  6. Barorreceptores aórticos
  7. Vías aferentes desde quimiorreceptores a centros bulbares
  8. Centro vasomotor bulbar

En los vasos sanguíneos existen barorreceptores (terminales nerviosos libres sumergidos en la pared del vaso) que son estimulados por el efecto de la presión sanguínea sobre la pared vascular.

La información que resulta es integrada con la que derivada del medio interno y del medio ambiente y las señales resultantes estimulan, jerarquicamente, mecanismos nerviosos, endocrinos, y conductuales que ajustan los niveles de presión a las necesidades de cada instante.

Si es necesario elevar la presión, aumenta el tono simpático sobre el corazón, sobre los vasos sanguíneos, las glándulas suprarrenales y el riñón. Este cambio provoca taquicardia, vasoconstricción, mayor secreción de adrenalina y de renina, todo lo cual se traduce en elevación de la presión.

Para disminuir la presión, se baja el tono simpático y se aumenta el parasimpático, mecanismo este último que induce una rápida bradicardia debida a la acetilcolina liberada a nivel cardíaco.

Los cambios de la presión generan señales de realimentación negativa, característica propia del funcionamiento de un sistema de control. Este mecanismo funciona siempre, instante a instante. Sin embargo, no funciona en forma aislada ya que se coordina con cambios de otras variables del medio interno. Por ejemplo, si el contenido de oxígeno de la sangre disminuye, ese cambio es detectado por quimiorreceptores, principalmente del seno carotídeo. Estos receptores envían señales al sistema nervioso central, al núcleo del tracto solitario, desde donde se originan una serie de reacciones que van a provocar ajustes circulatorios y también, respiratorios.

Homeostasis cardiovascular