Generalidades


Las lesiones por quemaduras constituyen una agresión física y psicológica de gran intensidad, que provoca un cambio abrupto en la existencia saludable del niño trasladándolo a una situación de estrés mantenida, durante la cual sufre la pérdida de su independencia, habilidades logradas, el control sobre las situaciones que le corresponde vivir y su autoimagen corporal.

Es trascendental que las quemaduras, al igual que todos los accidentes, no se perciban como eventos fortuitos imposibles de predecir, sino que por el contrario, que son eventos que siguiendo conductas apropiadas es posible evitar. Por esto, el término accidente está quedando en desuso y se ha empezado a sustituir por el de lesiones o traumatismos y envenenamientos.


Es así como en el año 1991 la Organización Mundial de la Salud (OMS), definió el término accidente, como el acontecimiento no premeditado que produce daño o lesión reconocible o visible, corporal o mental.

En Chile, según proyección de Encuesta de Morbilidad realizada en 1992, por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, alrededor de 150.000 niños menores de 15 años están en riesgo de sufrir un accidente de quemadura anualmente, con una tasa de incidencia de un 3.4%, siendo el grupo mas expuesto el menor de 6 años 78%. Un tercio de los accidentados requieren atención médica, de estos un 10% se hospitaliza por su gravedad y un 90% se puede atender en forma ambulatoria en un Servicio de Especialidad como Coaniquem y el 20% necesitará rehabilitación. Es importante considerar que la mayoría de las quemaduras en niños ocurre en el hogar 90% con presencia de algún adulto.