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La tarea educativa de las órdenes "Franciscanos, dominicos y agustinos asumieron la ingente tarea educativa con brío espectacular que en poco tiempo difundió por toda América el celo evangélico de las órdenes. En fecha temprana (1505) surgió el primer colegio del Nuevo Mundo, fundado por fray Hernán Suárez en Santo Domingo y anejo al convento de San Francisco de dicha ciudad; en 1513, la Corona intento potenciar esta actividad con el envío de libros, evangelios y homilías, y la obligación de la enseñanza del latín a los hijos de los caciques de la isla. De las Antillas, las escuelas pasaron al continente expandiéndose por doquier de la mano principalmente, de los frailes; hacia la mitad del siglo, los franciscanos habían levantado unas doscientas en Nueva España y los dominicos disponían de sesenta en Perú, donde los niños indios recibían la instrucción precisa. En el medio rural, el nativo solía recibir lecciones de español, moral cristiana y buenas costumbres, en la ciudad, el magisterio abarcaba la religión, escritura, lectura, lengua clásica, gramática española, contabilidad, música y, a veces, lógica, retórica, filosofía y medicina, en estos casos los jóvenes españoles y criollos eran compañeros de los indígenas" Lucena Salmoral, Manuel, Et. Al, Historia de Iberoamérica, Ed. Cátedra, Madrid, 1990, Tomo II Historia Moderna, P. 285 |
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