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Torturas para obtener la confesión indígena

" Y colgándolos en alto a manera de tormento de garrucha con piedras de dos y tres arrovas a los pies, y allí colgados dándoles muchos azotes hasta que les corría mucha sangre por las espaldas y piernas hasta el suelo; y sobre estos los pringaban, como se acostumbran hacer a negros y esclavos, con candelas de cera encendidas o derritiendo sobre sus carnes la cera de ella (...) y los pobres indios flacos y miserables, biendose tan afligidos y maltratados, medrosos y desatinados de los dichos tormentos, confesaron desatinos, cosa que no habían hecho ni pensado hacer, diciendo que eran idolatras, y que tenían cantidad de ídolos y que habían sacrificado muchas personas humanas (...) siendo todo mentira y falsedad he dicho de miedo y por la aflixion que se les hacia."

Carta de don Diego Rodríguez Bibanco, defensor de los indios, al rey Don Felipe II, suplicándole se dignara expulsar de las indias a los frailes de la orden de San Francisco. Mérida, Marzo de 1563. En Cartas de Indias; Biblioteca de autores españoles, Madrid, 1974. P. 343


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