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Penetración española en la costa de Venezuela y Colombia

"El rey Fernando concedió a Alonso de Ojeda el gobierno de la costa de Tierra Firme, desde la Vela hasta el golfo de Urabá, con el nombre de Nueva Andalucía, y a Diego de Nicuesa la costa oeste del golfo, llamada Castilla del Oro; ambos debían construir dos fortalezas en cada jurisdicción y dar el quinto a la Corona de cuanto obtuviesen; Juan de la Cosa fue nombrado por Ojeda su teniente gobernador.
La expedición de Ojeda, en la que figuraba Francisco Pizarro (y debiera haber ido Hernán Cortés), llego en noviembre de 1509, frente a la actual Cartagena; se enfrento con los indígenas, escarmentados ya de otros colonizadores, y tras derrotarlos se internó persiguiéndolos, pero en la espesura fue a su vez vencido y en el combate pereció de La Cosa, tristemente famoso por su codicia y crueldad. Cuando los expedicionarios consiguieron regresar a la costa hallaron la expedición de Nicuesa, que les socorrió; unidos ambos gobernadores, volvieron sobre el pueblo Yurbaco para vengarse entraron de noche a sangre y fuego, asesinaron a todos los habitantes y saquearon las humeantes ruinas.
Ojeda siguió hacia Urabá, saqueando y esclavizando a quienes encontraba a su paso, y construyó un fuerte en la costa oriental del Golfo, primera población española en la actual Colombia, a la que bautizó con el nombre de San Sebastián de Urabá (...) asediado y sin recursos, Ojeda volvio a la Española para solicitarlos de su socio Martín Fernández de Enciso, mientras sus hombres, al mando de Pizarro, debían esperarle un máximo de cincuenta días, pasado los cuales y diez más, Pizarro decidió regresar en dos buques, uno de los cuales naufragó y perdió toda su tripulación sin que el otro pudiera hacer nada por ellos"

Izard, Miguel, Tierra firme historia de Venezuela y Colombia, Ed. Alianza, Madrid, 1987. P. 47


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