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Adaptación del caballo por el indígena Mapuche
"El araucano adoptó la silla de montar española a su sistema de caballería ligera, haciéndola más sencilla y más liviana, para dar mayor movilidad a sus corceles. La usaban "de unos fustecillos pequeños hechos de madera muy leve, tan amoldados a sus caballos con sus cojines de lana, que no viene a pesar todo seis libras. Y por ser las nuestras muy pesadas y cargadas de ropa, dicen ellos que afligen nuestros caballos y los cansan presto; y así las que llegan a su poder cuando ganan caballos ensillados y enfrenados en alguna victoria, luego las desbaratan, deshacen, adelgazan y cercenan cuando pueden". La brida, riendas y cabezada las hacían de cuero o de cuerdas, los frenos de madera y los estribos eran una sencilla argolla, también de madera, donde introducían nada más que el dedo gordo del pie. El caballo solía ir protegido por unas ijadas de cuero y no usaban herradura. El instrumento de llamada que usaba la caballería indígena era muy particular y al parecer poco grato a los oídos de los españoles. "Las trompetas de que usa su caballería son unas cornetas hechas de canillas de piernas de españoles y de indios nuestros amigos, con los cuales hacen un son tan triste y funesto, que causa enfado y pesadumbre el oírlo"
González de Nájera P. 114 - 115).
(Jara, Alvaro, Guerra y Sociedad en Chile, Ed. Universitaria, Santiago, 1971. P. 54
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