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Peste Negra: Las calamidades de Europa

"En octubre de 1347, dos meses después de la toma de Calais, barcos mercantes genoveses aportaron en Mesina (Sicilia) con cadáveres y remeros agonizantes. Procedían del puerto de Caffa (hoy Fedosiya), en Crimea, donde Génova tenía una factoría. Los marineros enfermos mostraban extrañas hinchazones negras del tamaño de un huevo o una manzana en las axilas e ingles, de las cuales brotaban sangre y pus. La dolencia se diseminaba en forma de ampollas y manchas oscuras epidérmicas debidas a los derrames internos. Los pacientes, tras crueles dolores, fallecían a los cinco días de haberse manifestado los primeros síntomas. Aparecieron otros distintos al propagarse la enfermedad: fiebre continua y expectoración sanguinolenta, en lugar de las hinchazones o bubones. Las víctimas tosían, transpiraban copiosamente y morían antes, a los tres días o menos, y en ocasiones a las veinticuatro horas. En uno y otro caso, hedía cuanto salía de su cuerpo: aliento, sudor, sangre de las bubas y pulmones y orina y excrementos sólidos ennegrecidos por el flujo sanguíneo. El desánimo y la desesperación acompañaban los indicios corporales, y antes del final "la muerte se contempla cara a cara"

Tuchman, Barbara, Un espejo lejano. El siglo XIV, época de calamidades, Ed. Argos Vergara, Barcelona, 1979. P. 105.


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