La campaña de Quito

Retrato de Sebastián de Benalcázar

La conquista del actual Ecuador fue emprendida por Sebastián de Benalcázar en 1534, quien tuvo que enfrentar la obstinada resistencia de Rumiñahui y su ejército. Lamentablemente, esta campaña no cuenta con cronistas o relatos de testigos, por lo cual sólo la conocemos a través de obras escritas con posterioridad. "La campaña de Quito fue el mejor momento del ejército inca. Por fin la situación estaba clara: aun cuando carecían de un Inca sagrado que los dirigiese, los hombres de Rumiñavi luchaban por vengar la muerte de Atahualpa; los españoles, por su parte... no tenían ya ningún rehén que pudiera hacer vacilar a los naturales. Tampoco los favorecían ya los miopes odios de la guerra civil, pues las fuerzas de Rumiñavi no estaban ocupando territorio hostil. El regionalismo sirvió todavía a los españoles, pues algunas tribus norteñas, que apenas recientemente habían sido absorbidas, vieron en la llegada de los españoles una oportunidad para tratar de recobrar su autonomía, pero la mayor parte de los ejércitos nativos luchaban ahora para defender su tierra: ya no se hacían ilusiones sobre la divinidad o las intenciones benéficas de los cristianos, sino que los reconocían como los despiadados invasores que eran, y en consecuencia presentaron una resistencia resuelta y heroica". A fines de 1534 los españoles doblegaron la resistencia indígena y fundaron la ciudad de Quito.


Fuente: John Hemming, La conquista de los Incas, Ed.F.C.E., México, 1982, pág.179.
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