"El tributo lo pagaban todos los indios de los 18 a los 50 años, solteros, casados y viudos. Las viudas, la mitad. Estaban exentos los caciques, principales y gobernantes, los viejos, ciegos, enfermos y tullidos pobres. Algunos más trataron de exceptuarse, pero esta fue norma general. El tributo, que dejó de ser una prestación personal como algunos lo intentaron, debía pagarse en artículos de toda especie, desde metales preciosos, oro y plata; granos, maíz, frijol, trigo, cacao; gallinas, perros pescados, conejos, venados, etc. y también dinero cuando se empezó a acuñar moneda. Pagábase también con jícaras, ollas, cazuelas, petates, madera, muebles, tortilla, tamales, etc.. Todo esto, arbitrario en un principio, fue luego tasado con exactitud. El tributo se pagaba en un determinado distrito o lugar, generalmente el pueblo mayor o cabecera, en fechas señaladas al efecto".
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