El medio y sus habitantes |
![]() El hábitat de la América meridional se caracteriza por su diversidad de ambientes naturales y ecosistemas. Encontramos allí la extrema aridez del desierto de Atacama, la inmensidad y el silencio de la Patagonia, la fertilidad de los numerosos valles que se desprenden de los Andes, la exuberancia de los bosques del sur chileno y el riguroso frío de los canales australes y la Tierra del Fuego. En todos estos parajes se habían asentado hacía mucho tiempo grupos humanos muy distintos entre sí, demostrando en muchos casos una admirable capacidad para sobrevivir en un medio que a menudo no se presentaba muy apto para el desenvolvimiento de la vida. |
![]() Las diferentes culturas de la América del Sur se beneficiaban de una importante variedad de recursos alimenticios, como un sinnúmero de frutos silvestres, peces y mariscos, avestruces, pumas, huemules y ganado auquénido. La región más densamente ocupada era el centro-sur de Chile, donde habitaban los mapuches de lengua mapudungun, subdivididos de norte a sur en picunches, araucanos y huilliches. También eran importantes los asentamientos nortinos de atacameños y diaguitas, que desde el siglo XV estaban bajo administración incaica. En el caso de los diaguitas, los había a ambos lados de los Andes, denominándose también calchaquí a los que se ubicaban en las actuales provincias argentinas de Salta, Tucumán y Catamarca. El resto del cono sur americano estaba poblado por tribus que eran eminentemente nómades. |
![]() Por la importancia que adquirió la Araucanía tras la irrupción española y por ser el hogar de la mayor parte de la población indígena de América del Sur, nos detendremos un poco en ella. El territorio mapuche comprendía la zona situada entre los ríos Maule y Toltén y presenta un clima templado con una estación calurosa que se extiende entre noviembre y marzo y una estación fría donde la lluvia se hace presente con bastante intensidad. |
![]() Un poco más al sur, hasta la isla de Chiloé, vivían los huilliches rodeados de bosques siempre verdes y acostumbrados a las persistentes lluvias que sólo amainan durante los meses de enero y febrero. Hacia la cordillera de los Andes se observa la majestuosa Araucaria, árbol propio de la región y muy apreciado por los nativos por su fruto: el pehuén o piñón. La geografía de esta región era muy abigarrada, poseía una espesa vegetación, ríos y pantanos que dificultaban las comunicaciones. |
![]() Las agrupaciones mapuches solían construir sus viviendas en las orillas de los múltiples ríos que cruzan de cordillera a mar, especialmente en el valle central y en torno a la Cordillera de Nahuelbuta, ubicada al sur de la ciudad de Concepción. Los mapuches profesaban un especial amor hacia su terruño, lo cual consta en las relaciones de los cronistas españoles y es uno de los motivos que nos ayudan a comprender la abnegada resistencia que opusieron a los incas durante el siglo XV y a los españoles a lo largo de las centurias siguientes. |