El Taqui Ongo designa una secta religiosa cuyas creencias se extendieron durante la década de 1560 en las provincias del Perú central, especialmente en la región de Huamanga. Partiendo de este núcleo, el movimiento se habría extendido hasta Lima por el oeste, Cuzco por el este y La Paz por el sur. ... [Los predicadores] anuncian un acontecimiento cósmico, un diluvio, el del mundo. Se trata de una revolución basada sobre una idea cíclica del tiempo. El dios cristiano termina su mita, su turno de mando, "las guacas harían otro mundo denuevo y otras gentes". Los predicadores iban de pueblo en pueblo exhortando a los indios a restaurar el culto de las huacas destruidas por los cristianos. Devolvían la vida a los ídolos por medio de ritos de resurrección, ofreciendo libaciones de chicha y ofrendas de maíz en las ruinas de los lugares sagrados. Por su parte, los adeptos que deseaban formar parte del movimiento debían volver a convertirse al culto de las huacas respetando un "ayuno" de varios días, durante el cual evitaban la sal, el ají, el maíz, el maíz de color y todo tipo de contacto sexual; es decir, ritos de purificación de tipo tradicional. De este modo, la adhesión al Taqui Ongo supone una ruptura, y consagra la escisión entre el mundo español y el mundo indio. |