![]() Cuando llegaron a Santo Domingo las noticias del oro de Atahualpa, todo el mundo buscó barco. Alonso Hernández, repartidor de indios, fue de los primeros en salir corriendo. Se embarcó en Panamá y al llegar a Tumbes compró un caballo. El caballo costaba en Tumbes siete veces más que en Panamá y treinta veces más que en Santo Domingo. El paso de la cordillera ha dejado a Hernández de a pie. Para seguir viaje hacia Quito, compra otro caballo. Lo paga noventa veces más caro que en Santo Domingo. Compra también, por trescientos cincuenta pesos, un esclavo negro. En Riobamba, un caballo cuesta ocho veces más que un hombre.... Todo se vende en este reino, hasta las banderas enchastradas de barro y sangre, y todo se cotiza por las nubes. Se cobra una barra de oro por dos hojas de papel. Los mercaderes, recién llegados, derrotan a los conquistadores sin desenvainar la espada. |