A medida que la colonización española se consolidaba, en cada gobernación se designaba una serie de funcionarios subalternos. Los más numerosos e importantes fueron los funcionarios locales, y entre ellos el corregidor, originariamente titular del gobierno de una ciudad y su término. Este cargo coincidió, en líneas generales, con el de alcalde mayor aparecido en algunas regiones indianas.

Para el gobierno de los pueblos de indios se instituyó un cargo de menor categoría: el corregidor de indios. Este fue creado para intensificar la "acción civilizadora" entre los indígenas, favorecer su evangelización y evitar los abusos que sobre ellos ejercían a menudo los encomenderos.

Además de los mencionados existieron otros funcionarios de menor importancia dentro de la burocracia administrativa. Sus atribuciones fueron casi siempre de carácter local y escapan, por tanto, al marco general que entrega el presente software.

Por último, hay que precisar que a lo largo del siglo XVI se perfiló una clara evolución de los oficios públicos: considerados al principio como mercedes y recompensas a los conquistadores, con el transcurso del tiempo los más significativos fueron entregados a una burocracia asalariada en la que letrados y nobles peninsulares tuvieron un gran papel. Ello convirtió a la administración de los territorios americanos en instrumento apto y eficaz para afirmar el centralismo monárquico por sobre los intereses de las aristocracias locales.



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