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En el
control de signos vitales,
la temperatura es un
antecedente de gran importancia. Debes
tener presente, en especial en el
recién nacido, que no tiene la
madurez requerida para mantener la
temperatura y la habilidad frente a las
agresiones del medio.
Los principios generales para el control
de la temperatura son los mismos que en el
adulto, con las siguientes
consideraciones:
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-
Elección del sitio de control;
la recomendación es tomar la
temperatura axilar, aunque en la
práctica, está muy difundido
el control de temperatura rectal (en los
niños pequeños no se
recomienda usar la cavidad bucal para
controlar la temperatura).
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- La
forma de colocar el
termómetro; para la
temperatura axilar en los
niños pequeños es en forma
paralela al brazo y en los mayores,
perpendicular al cuerpo. Debes recordar
que por las catacterísticas
anatómicas de la axila, en los
niños se hace más
difícil el contacto pleno de las
superficies de la piel.
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Para
controlar la temperatura rectal, se debe
contar con un termómetro
rectal. Este posee un bulbo más
corto y ancho, además que
está hecho de vidrio más
resistente que el termómetro
axilar. Antes de usarlo, debes preocurar
que este limpio y lubricarlo con
vaselina.
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Durante
todo el procedimiento debes mantener
inmovilizado al niño para evitar
accidentes y lograr un valor fidedigno del
control. Además, es recomendable
incorporar a los padres en el
procedimiento.
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Es
necesario considerar la temperatura
mínima para detectar una hipotermia
y la máxima para pesquisar un
estado febril. Cabe destacar que los
rangos normales de tempeartura varian
según el sitio de control (axilar,
bucal, rectal).
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