Inspeccionar la piel, identificando color, hidratación, pigmentación, lesiones, cicatrices y turgor de la piel.

Examinar el ombligo, constatando olor. Si corresponde, describir signos de inflamación.

Examinar la zona para descartar hernias.

Identificar los diferentes órganos mediante la palpación.

Examinar zona inguinal para descartar hernias.

Palpar recorrido del colon, identificado movilización de gases.




Al examinar el abdomen,
debes fijar tú atención en algunos puntos que son muy relevantes en el examen físico de un niño.

En la piel se pueden apreciar lesiones características de las enfermedades infecto contagiosas de la primera infancia, las que tradicionalmente llamamos "pestes".

El turgor de la piel se evalúa con el "signo del pliegue", que nos aporta valiosa información con relación a la hidratación del niño.

Recuerda, al valorar la zona del ombligo de un recién nacido, que es muy importante mirar y acércate a olerla, despegando el muñón si aún está presente. No olvides hacer participar a los padres en el examen y de cerciorarte que saben cuidar la zona del ombligo, para prevenir infecciones.

Ten presente la posibilidad que el niño tenga hernias. Las identificarás a través de la palpación y/o de la observación. No olvides explicar a la mamá la conducta frente a la visualización de una hernia inguinal.