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El dolor
lumbar localizado y persistente, es un síntoma
inespecífico que nada revela sobre la causa del
problema, ya que puede ser resultado de una gran variedad de
afecciones musculoesqueléticas, de otras
vísceras o sistémicas. El médico debe
ser capaz de identificar el sustrato anatómico y la
causa fisiopatológica del dolor (en lo posible,
descartar la posibilidad de que exista un proceso
sistémico o maligno que esté amenazando la
vida del paciente), para que se pueda dar un tratamiento
adecuado.
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El dolor
lumbar puede originarse a partir de un trauma directo o
distensión de la musculatura paravertebral o tendones
de la región lumbar originando edema e
inflamación, que son componentes del proceso natural
de curación, juegan un rol fundamental en la
producción del dolor. La sensibilización de
los diversos receptores (mecánicos, químicos,
térmicos y de dolor), junto con el flujo
sanguíneo intramuscular incrementado y el edema
intersticial, pueden representar la causa primaria de dolor
muscular. |
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La
degeneración discal está determinada por
distintos mecanismos como la disminución de la
nutrición y senescencia celular, lo cual produce una
disminución de los proteoglicanos y
macromoléculas, modificación de las
proteínas de la matriz, aumento de la actividad
enzimática degradativa y acumulación de
productos de degradación. Los factores que influyen
en el inicio y progresión de la degeneración
discal son la demanda física, la
inmovilización, la vibración, las deformidades
espinales, el tabaco, las enfermedades vasculares y la
diabetes Mellitus. La degeneración discal lleva
finalmente a la falla de este por fatiga de la
matriz.
En el tercio externo del anillo fibroso del disco intervertebral existen finas terminaciones nerviosas, provenientes de ramas del nervio sinuvertebral, y de los ramos grises comunicantes, que intervienen en la génesis del dolor lumbar en numerosas situaciones clínicas (degeneración del disco intervertebral, ruptura del anillo fibroso, protrusión del núcleo pulposo, etc.). Existe una considerable sobreposición de las ramas ascendentes y descendentes de estos nervios. Así, por ejemplo, si hay degeneración de un disco a cierto nivel, el dolor puede ser referido a los niveles adyacentes por esta sobreposición, haciendo que la localización del dolor sea difícil. La cercana proximidad anatómica del disco intervertebral al ganglio espinal, da sustrato a una manera indirecta de producir dolor frente a patología intradiscal. La elaboración de neuropéptidos irritantes y prostaglandinas puede resultar en sensibilización o estimulación de las neuronal del ganglio espinal. La naturaleza del dolor asociado con la ruptura interna del disco intervertebral no está bien aclarada. Se cree que la rupturas del anillo fibroso exponen a las finas terminaciones nerviosas de la capa más externa del anillo a estímulos químicos (pH ácido, neuropéptidos y citoquinas elaborados en el núcleo pulposo) y mecánicos (distensión y deformación del anillo fibroso degenerado, por protrusión del núcleo pulposo). |
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El LLP es
el ligamento espinal más ricamente inervado. Posee
terminaciones nerviosas provenientes de ramas de los nervios
sinuvertebrales, conteniendo receptores para presión,
distorsión y químicos. Estos receptores son
muy importantes en la génesis del dolor lumbar dada
la íntima relación anatómica entre el
LLP y las capas posteriores del anillo fibroso del disco
intervertebral. Las terminaciones nerviosas libres del LLP
pueden ser estimuladas por compresión o
irritación química producto de la
degeneración o herniación del disco,
produciendo dolor lumbar localizado. |
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El dolor
puede ser generado tanto por compresión del ganglio
dorsal y de la raíz, como por la acción de
interleukinas, fosfolipasa A2 y óxido nítrico
que directamente o a través de la producción
de prostaglandinas son liberados a partir del núcleo
pulposo y anillo fibroso, al producirse la ruptura de este
último herniado. Tanto el estímulo compresivo
como los mediadores químicos sensibilizan e irritan
el ganglio dorsal y las vías aferentes, generando
dolor, local o irradiado, debilidad o parestesias de la
extremidad comprometida.
Otra causa mecánica de dolor es la vibración, que provoca cambios neurológicos y ultra estructurales en las neuronas del ganglio dorsal. Datos epidemiológicos han asociado la vibración de todo el cuerpo (como la experimentada por los conductores de camiones y buses, operadores de equipo pesado y pilotos) como causa de cambios en las concentraciones de neuropéptidos en el ganglio espinal, cambios degenerativos y dolor lumbar crónico. |
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Las
articulaciones sinoviales presentan una doble
inervación: nervios articulares primarios, que son
ramas independientes de los grandes nervios
periféricos y que inervan específicamente la
cápsula articular y los ligamentos, y los nervios
articulares accesorios, que llegan a la articulación
después de pasar a través de los tejidos
musculares y cutáneos a los cuales dan
inervación. Ambos tipos de nervios poseen fibras
nerviosas propioceptivas y nociceptivas.Estas últimas responden tanto a estímulos
mecánicos (inestabilidad ligamentosa,
distensión de la cápsula, trauma directo) o
químicos.
Anteriormente se creía que la sinovial era un tejido relativamente insensible. Investigaciones posteriores han demostrado que existen numerosas fibras de pequeño diámetro, que contienen numerosos neuropéptidos que producen sensibilización de los nervios, los cuales comienzan a descargar frente a estímulos previamente inocuos, incluyendo movimientos articulares. La irritación de la sinovial resulta en edema e hipertrofia, lo que causará distensión y distorsión de la cápsula. Cualquier movimiento articular incrementa la tensión de la cápsula y mecánicamente distorsiona los tejidos inflamados. |
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El dolor
de causa ósea puede ser producido por microfracturas,
inflamación del periostio, distorsión por
tumor o infección, congestión vascular e
isquemia. En la fractura vertebral, el
dolor es inicialmente producido por la distorsión o
ruptura de las fibras nerviosas intramedulares, por la
ruptura o tensión de receptores periostales, o por
injuria y presión sobre los receptores de los
músculos y tejidos de sostén sobre la
fractura. Los tejidos dañados liberan mediadores
químicos que sensibilizan los nociceptores, alteran
la permeabilidad vascular y median la llegada de
células inflamatorias.
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