GUIA DE ACTIVIDADES PRACTICAS

Genitales internos masculinos ( ver organogénesis de aparato genital )

Testículos: Ubicados en la bolsa escrotal, suspendidos del cordón espermático, estos órganos, de forma ovoidea, miden más o menos 4 cm. de alto, 3 cm. de eje antero posterior y 2,5 cm. en el eje medio lateral; siendo su consistencia firme (como de goma de borrar) y su textura es lisa. Normalmente se describen dos polos (superior e inferior), dos caras (lateral y medial) y dos bordes (anterior y posterior). El testículo izquierdo es de menor tamaño y se ubica en posición más caudal (más descendido) que el testículo derecho. En el sujeto sano, la estimulación de la cara medial del muslo provoca la contracción del músculo cremaster, observándose un ascenso del testículo del lado estimulado. Sobre el borde posterior del testículo se aplica el epidídimo, conducto que se extiende hasta el polo superior de él. Cada testículo está cubierto de una hoja serosa, la túnica vaginal visceral, dependencia del peritoneo (extremo inferior del proceso vaginal del feto); serosa que se refleja desde el epidídimo, cubriendo la bolsa escrotal, tomando el nombre ahora de túnica vaginal parietal, hoja que delimita así la cavidad vaginal. Esta cavidad tiene una pequeña cantidad de líquido que facilita el desplazamiento del testículo en la bolsa escrotal. La túnica albugínea, la cubierta propia del testículo, es una membrana fibrosa, firme, de color azulado (semejante a la esclerótica), que le da la consistencia a la gónada. En relación con el borde posterior del testículo, la túnica albugínea se hace más gruesa (mediastino testicular) y se proyecta hacia el espesor de la gónada formando tabiques testiculares que delimitan lobulillos, espacios donde se ubican túbulos seminíferos. La base de cada lobulillo ( 200 a 300 en cada testículo) se encuentra en relación con la túnica albugínea y el vértice se orienta hacia el mediastino testicular, zona que es atravesada por los conductos eferentes y por vasos sanguíneos. Por dentro de la albugínea se encuentra una túnica vascular, constituida por un plexo vascular inmerso en una fina red de tejido conectivo que cubre la superficie interna de la albugínea y de los tabiques testiculares. El parénquima testicular lo constituyen los túbulos seminíferos ubicados en los lobulillos testiculares; estos túbulos (2 a 3 para cada lobulillo) presentan un diámetro de 0,3 mm. y una longitud de 70 cm., encontrándose densamente enrollados en los lobulillos. Hacia el borde posterior del testículo los túbulos se hacen rectos, penetran la zona del mediastino y convergen formando la red testicular ( red de Haller o rete testis). Hacia el extremo superior del mediastino, desde la red testicular surgen los conductos eferentes en número de 12 a 20, los cuales penetran la albugínea y desembocan en la cabeza del epidídimo FIG. 1.

Cada conducto eferente forma en la zona de desembocadura un tortuoso ovillo conocido como lobulillo epididimal. El epidídimo es un largo conducto de 4 m. de longitud, enrollado sobre si mismo y que forma una masa de 5 cm. dispuesta sobre el borde posterior del testículo como la cimera de un casco. En él se reconoce la cabeza, aplicada sobre el polo superior; el cuerpo, dispuesto sobre el borde posterior y, la cola, en relación con el extremo inferior del testículo, porción que se continúa con el ducto deferente. La túnica vaginal visceral se introduce entre el borde posterior del testículo y el cuerpo del epidídimo, separando parcialmente estas estructuras formando un receso vertical, el seno del epidídimo FIG. 2 y FIG. 3.

La diferenciación del testículo precede a la diferenciación del ovario. Así, durante la sexta semana del desarrollo, bajo la influencia de la proteína SRY, los cordones sexuales primitivos se condensan hacia la región medular de la gónada formando los cordones sexuales medulares. En la pared de éstos se diferencian las células nodrizas (de Sertoli), mientras que se produce la involución de los cordones sexuales corticales. Las células nodrizas (de Sertoli) comienzan a producir la hormona antimülleriana que induce la regresión de los conductos paramesonéfricos (de Müller). Pequeños remanentes de estos conductos persisten y dan origen a los apéndices testiculares y al utrículo prostático. A medida que los cordones sexuales medulares se diferencian, se separan del epitelio celómico mediante una capa de tejido conjuntivo denso, la túnica albugínea testicular. La porción más periférica de los cordones sexuales medulares forman los túbulos seminíferos; en cambio la zona profunda de ellos adopta una disposición reticular formando la red testicular (rete testis, red de Haller).Posteriormente, la red testicular se conecta a una veintena de túbulos mesonéfricos que darán origen a los conductos eferentes. En el mesénquima que rodea a los túbulos seminíferos se diferencian las células interticiales (de Leydig). Hacia la octava semana las células interticiales comienzan a producir testosterona, hormona que induce la virilización de los conductos mesonéfricos (de Wolff) y de los genitales externos del embrión.

De modo tal que hacia la décima semana los testículos sobresalen en la pared abdominal posterior del embrión, bajo el mesotelio (peritoneo primitivo), separados del mesonefros y unida a la pared corporal por el mesorquio. En su interior se encuentran los túbulos seminíferos, de aspecto sólido, observándose en la pared de ellos dos tipos celulares: las células nodrizas (de Sertoli) que derivan del epitelio celómico y las espermatogonias derivadas de las células germinales primordiales. El ambiente del testículo fetal impide que las espermatogonias inicien el proceso de la meiosis, dividiéndose lentamente por mitosis. Esta situación cambia después de la pubertad, momento en que comienza la espermatogénesis. (animación conductos genitales).

Cordón espermático: Los testículos se encuentran suspendidos en la bolsa escrotal por un conjunto de elementos vasculares, neurales y ductales envueltos por fascias y fibras musculares que forman el cordón espermático. Este elemento de sustentación comienza a estructurarse a nivel del anillo inguinal profundo; punto donde el ducto deferente, los vasos deferenciales, los vasos testiculares y, el ramo genital del nervio genito femoral son envueltos por la fascia espermática interna, dependencia de la fascia transversalis. Estos elementos descienden por el canal inguinal hacia el anillo inguinal superficial y, a poco andar, se le suman la fascia cremastérica y el músculo cremaster, dependencia del músculo oblicuo interno, incorporándose también a este nivel los vasos cremastéricos (rama de la arteria y vena epigástrica inferior) y el ramo inguinal del nervio ilio inguinal. A nivel del anillo inguinal superficial se agrega la fascia espermática externa, dependencia del músculo oblicuo externo, elemento que termina de estructurar al cordón espermático. El condón espermático se extiende hasta el polo superior del testículo FIG. 4A, FIG. 4B

Ducto deferente: Conducto de 40 cm. de longitud 2 mm. de grosor que se extiende desde la cola del epidídimo hasta la cavidad pélvica, para terminar uniéndose con el conducto de la vesícula seminal formando así el conducto eyaculador. Su estructura presenta una mucosa y una gruesa capa muscular lisa. En la parte inicial de su trayecto está en relación con el cuerpo del epidídimo para luego incorporarse al cordón espermático. Más hacia cefálico, ingresa a la cavidad pélvica, a través del anillo inguinal profundo, sigue en situación subperitoneal hacia atrás , pasa medial a los vasos iliacos externos y continúa lateral a la vejiga urinaria, aproximándose a la zona de la base de la vejiga. En relación con esta zona de la vejiga, los conductos deferentes cruzan sobre el uréter y toman relación con el fondo de la vesícula seminal. Finalmente, se aproximan a la línea media, se dilatan, formando la ampolla del ducto deferente, para terminar uniéndose con el conducto de la vesícula seminal formando así los conductos eyaculadores FIG. 5.

Vesículas seminales: Son dos conductos en fondo ciego, de 15 cm. de longitud, que se encuentran enrollados conformando una masa de 5 cm. de largo y 2cm. de espesor. De estructura similar a la del ducto deferente, en las vesículas seminales se reconoce un extremo lateral, redondeado, el fondo; una zona media, el cuerpo y un extremo medial, aguzado. El cuello, desde donde surge su conducto excretor que se une al ducto deferente para formar el ducto eyaculador. Solamente el fondo de la vesícula seminal toma relación con el peritoneo, el resto de esta estructura se dispone entre la vejiga y el recto inmerso en la fascia recto vesical (de Denonvilliers) FIG. 6.

Conductos eyaculadores: Este par de conductos miden 2cm. de longitud y se forman, a cada lado, por la unión del conducto deferente con el conducto de la vesícula seminal. Su origen se encuentra con la base de la próstata y luego siguen un trayecto convergente, intraprostático, para desembocar en el colículo seminal (o veromontamun, la parte más alta de la cresta uretral), a los lados del utrículo prostático, en la porción prostática de la uretra FIG. 7.

Próstata: Estructura fibromuscular y glandular que adopta la forma y el tamaño de una castaña, ubicada en relación con el cuello de la vejiga urinaria, rodeando la porción inicial de la uretra masculina. Presenta una capa externa fibrosa, la cápsula prostática. Palpable por medio de un tacto rectal la consistencia de la próstata es firme, como goma de borrar. En ella se describe una base, orientada hacia cefálico, y aplicada sobre el cuello de la vejiga; un vértice inferior, que reposa sobre el diafragma urogenital; una cara posterior convexa, en relación con la cara anterior del recto del cual está separada por la fascia recto vesical y, una cara anterior, plana, en relación con la sínfisis púbica, los ligamentos pubo prostáticos y el plexo prostático; dos caras ínfero laterales, convexas, en relación con el músculo pubo coxígeo (parte del músculo elevador del ano) y la hoja parietal de la fascia pélvica FIG. 8. y Corte 22

La hoja visceral de la fascia pélvica rodea la próstata y a su plexo venoso formando la fascia prostática. Si bien aún se discute la disposición de los lóbulos prostáticos, la uretra y los conductos eyaculadores representan hitos anatómicos que permiten dividirla de la siguiente manera: 1) La disposición de la uretra divide a la próstata en una porción anterior, preuretral que constituye el lóbulo anterior. 2) La porción retrouretral es dividida por la disposición de los conductos eyaculadores en una región superior, el lóbulo medio, que toma relación con el cuello vesical y , una porción inferior, que se divide por la disposición de la uretra en los lóbulos laterales de la próstata. El tejido glandular de la próstata drena su secreción por una veintena de conductillos excretores, los conductos prostáticos, los cuales se abren en los senos prostáticos dispuestos a ambos lados de la cresta uretral, en la uretra prostática FIG 9.

Genitales internos femeninos

Ovarios: Son las únicas vísceras intraperitoneales, ubicadas en la región lateral de la pelvis menor, ocupando un espacio denominado fosa ovárica, cuyos límites son: anterior, la arteria umbilical obliterada y, posterior, el uréter y la arteria iliaca interna. Los ovarios se encuentran suspendidos de la hoja posterior del ligamento ancho a través del mesoovario. De forma ovoidea, los ovarios de la mujer adulta tienen 3,5 cm. de eje mayor, 2,5 cm. de eje menor y 1 cm. de espesor. Se describe en el ovario un extremo tubárico o lateral, en relación con la tuba uterina, lugar donde se fija el ligamento infundíbulo pélvico (suspensorio) que lo ancla a la pared pélvica (bajo el cual transitan los vasos ováricos); un extremo uterino o medial, donde se fija el ligamento ovárico (uteroovárico o ligamento propio del ovario); un borde posterior convexo y libre, y un borde anterior, donde se fija el mesoovario, punto en el cual se detiene el peritoneo (línea de Farré), dejando a la superficie del ovario y su epitelio germinal en relación con la cavidad peritoneal. Entre las dos hojas del mesoovario llega la irrigación y la inervación a la gónada FIG. 10.

En ausencia de factores virilizantes como la proteína SRY o la hormona antimülleriana el pliegue gonadal comienza a diferenciarse en ovario. En contraste con lo que ocurre con el testículo, la presencia de las células germinales primordiales es esencial para la diferenciación del ovario; si estas células no aparecen o son anormales, como ocurre en el síndrome de Turner (X0), la gónada se retrae y se forman ovarios vestigiales. Una vez que las células germinales primordiales llegan al futuro ovario, se concentran en la región cortical del pliegue gonadal. Los cordones sexuales primitivos degeneran y el mesotelio del pliegue gonadal se engruesa para formar cordones celulares, los cordones sexuales secundarios o cordones corticales, que se extienden hacia el mesénquima subyacente. Los elementos celulares de estos cordones corticales rodean a las células germinales primordiales. Hacia el cuarto mes de vida intrauterina los cordones corticales se disgregan formando acumulos celulares aislados, los folículos primordiales. Los folículos primordiales están formados por dos tipos celulares: una célula central, grande, la ovogonia, que deriva a las células germinales y un grupo de células foliculares planas que derivan de los cordones corticales. Durante el período fetal las ovogonias se multiplican por mitosis para formar miles de folículos primordiales. Muchas de estas ovogonias degeneran y al séptimo mes de vida intrauterina todas las ovogonias ingresan en su primera división meiótica, tomando el nombre ahora de ovocitos primarios; células germinales que se encuentran en el interior de los folículos primordiales del ovario fetal. El proceso de la primera división meiótica se detiene en la profase 1 al momento del nacimiento; proceso que será reasumido a partir de la pubertad. (animación conductos genitales).

Tubas uterinas: También llamadas oviductos o trompas uterinas (de Falopio), corresponden a conductos de 10 cm. de longitud, cuya estructura presenta una túnica mucosa (con epitelio cilíndrico ciliado y glándulas mucosas) y una túnica muscular lisa dispuesta en dos capas (capa interna circular, capa externa longitudinal). Estos conductos se encargan del transporte del óvulo, tomándolo desde la cavidad peritoneal para depositarlo en la cavidad uterina; para los cual presenta una abertura en su extremo lateral, el ostium abdominal (de 2 mm. de diámetro), zona que coloca en comunicación a la cavidad peritoneal con el lumen de la trompa y, una abertura en su extremo medial, el ostium uterino (de 1 mm. de diámetro), punto que pone en comunicación el lumen de la trompa con la cavidad uterina. La trompa uterina es una estructura peritonizada ya que está envuelta por el peritoneo que forma el borde libre del ligamento ancho; encontrándose unido a él a través del mesosalpinx, pliegue peritoneal por donde transcurre la irrigación y la inervación a la tuba uterina. De lateral a medial se describen en las trompas los siguientes segmentos: Infundíbulo, porción en forma de embudo, cuyo borde libre presenta proyecciones digitiformes, las fimbrias, una de las cuales se encuentra anclada al polo lateral del ovario (fimbria ovárica); en el otro extremo de esta porción (la zona más estrecha del embudo) se encuentra el ostium abdominal. Porción ampular o ampolla, segmento dilatado de la tuba uterina que conforma los 2/3 de la longitud de ella; en esta región es donde ocurre normalmente la fecundación del ovocito secundario. Porción ístmica, región de la tuba que se estrecha progresivamente a medida que se avanza hacia el extremo medial del conducto en dirección a los cuernos uterinos. Porción intramural, es el segmento más corto del oviducto, mide 2 cm. de longitud y cruza la pared uterina para desembocar en su lumen a nivel del ostium uterino. La irrigación de las tubas uterinas está dada por la anastomosis entre las ramas terminales de la arteria ovárica y la arteria uterina; esta red vascular se dispone entre las dos hojas del mesosalpinx FIg. 11.

Utero: órgano pélvico destinado a alojar al óvulo fecundado, de aspecto piriforme, aplanado en sentido anteroposterior, con su extremo ancho orientado hacia arriba, dispuesto entre la vejiga y el recto. En esta situación el útero levanta al peritoneo de la región pélvica formando un fondo de saco peritoneal anterior, vesico uterino, y otro fondo de saco posterior, recto uterino (de Douglas); luego, el peritoneo se extiende desde los bordes uterinos hasta la pared lateral de la pelvis formando los ligamentos anchos del útero. Las dimensiones del útero no gravídico son: 8 cm. de altura, 4 cm. de ancho y 2 cm. de espesor con un peso de 50 grs.; situación que puede llegar a 30 cm. de altura y un kg. de peso en la fase final del embarazo. En el útero se reconoce una porción superior, el cuerpo y una porción inferior, tubular, el cuello uterino; ambas porciones separadas por una zona estrecha, el istmo uterino. El cuerpo mide 5 cm. de longitud y en él se reconoce una cara anteroinferior, en relación con la vejiga, una cara posterosuperior, en relación con las asas intestinales, dos bordes laterales, donde se fijan los ligamentos anchos y un borde superior grueso y convexo, el fondo uterino. En el punto de unión de los bordes laterales y el fondo uterino se forman los ángulos laterales o cuernos del útero; zona que establece continuidad con la porción ístmica de las tubas uterinas y donde convergen el ligamento redondo, por ventral, y el ligamento útero ovárico o propio del ovario por dorsal. El plano que une la abocadura de las trompas uterinas al útero sirve de hito demarcatorio entre el fondo y el cuerpo uterino FIG 12.

La cavidad uterina presenta una forma triangular en el plano frontal, apareciendo como una estrecha hendidura en el plano antero posterior o sagital. El istmo del útero establece la continuidad entre el cuerpo y el cuello; esta porción constreñida mide 0,5 a 1 cm. de longitud y es más evidente en la mujer nulípara (que no ha tenido partos). En esta región conocida por los ginecólogos como segmento inferior del útero, la cavidad uterina se estrecha notablemente conformando el canal ístmico. El istmo del útero se relaciona hacia ventral con el fondo del saco vesico uterino. El cuello uterino corresponde a un segmento cilíndrico, de 2,5 cm. de longitud, más estrecho sus extremos que en el centro y corresponde a la región de menor movilidad del útero. La inserción en él del extremo superior de la vagina divide al cuello del útero en una porción supravaginal y en una porción intravaginal. La porción supravaginal toma relación hacia lateral con la porción inferior del ligamento ancho y con la fascia pélvica que forma los ligamentos cardinales del útero. A 2 cm. lateral de esta porción, entre las hojas del ligamento ancho, se produce el cruce entre la arteria uterina y el uréter, pasando la arteria por encima del conducto. La porción intravaginal protruye en el lumen vaginal, de modo que en torno al cuello del útero se forma una depresión circular conocida como fórnix vaginal. La cavidad del cuello uterino, el conducto cervical, presenta un extremo superior que se abre en la cavidad uterina (específicamente en el canal ístmico), apertura conocida como os interno y por su extremo inferior se abre a la cavidad vaginal, orificio conocido como os externo; la zona media del canal cervical es más amplia que sus extremos. Al corte la pared del útero presenta más o menos 1 cm. de espesor, siendo posible reconocer una capa externa, la serosa peritoneal, el perimetrio, una gruesa capa media de musculatura lisa, el miometrio y una capa mucosa interna, el endometrio. Un corte en el plano sagital de la pelvis femenina permite observar que entre el cuello y el cuerpo del útero se forma un ángulo obtuso, abierto hacia abajo, disposición conocida como anteflexión. Además, el eje del útero se encuentra normalmente inclinado hacia delante formando un ángulo agudo con el eje de la vagina, situación conocida como anteversión. La posición del útero es mantenida por factores dinámicos, como los músculos del diafragma pélvico, y el diafragma urogenital, y por factores estáticos como los ligamentos dependientes de la fascia pélvica (ligamentos verdaderos) y por pliegues peritoneales de la región pélvica que constituyen los ligamentos falsos FIG 13.

Ligamentos verdaderos: La fascia pélvica se condensa en torno al cuello uterino y desde allí se extiende hacia las paredes pélvicas formando los siguientes ligamentos: 1) Ligamento pubocervical (equivalente a los puboprostáticos en el hombre), extendidos entre la cara anterior del cuello del útero y la cara posterior de la sínfisis púbica, tomando relación con la porción inferior de la vejiga. 2) Ligamentos cardinales o cervicales transversos, extendidos entre la región lateral del cuello del útero y la pared lateral de la pelvis. Estos ligamentos se encuentran en la base del ligamento ancho, entre sus dos hojas peritoneales, formando parte del parametrio. 3) Ligamentos útero sacros extendidos entre la cara anterior del sacro y la cara posterior del cuello uterino, contornean la cara lateral del recto y su porción superior levanta al peritoneo pélvico formando así los pliegues sacro genitales; pliegues que forman el límite lateral del fondo del saco rectouterino (de Douglas). Otro elemento que contribuye a mantener la posición del útero, especialmente la anteflexión, son los ligamentos redondos, los cuales se extienden desde los ángulos uterinos hacia lateral, pasando por debajo de la hoja anterior del ligamento ancho, para luego atravesar el canal inguinal y terminar insertándose en el tejido subcutáneo de los labios mayores de la vulva.

Ligamentos peritoneales: corresponden a pliegues peritoneales que se extienden desde el útero hasta el peritoneo parietal pélvico. 1) Ligamentos anchos: pliegue peritoneal de doble hoja que constituyen un tabique frontal en la cavidad pélvica. Se describe en ellos un borde medial, en relación con los bordes del útero, punto en el cual sus dos hojas se separan para envolver al cuerpo uterino; un borde lateral, donde sus dos hojas de separan para continuarse con el peritoneo parietal pélvico; un borde superior, donde sus dos hojas se unen envolviendo a la tuba uterina formando el mesosalpinx; un borde inferior, donde sus dos hojas se separan para continuarse con el peritoneo del piso pélvico, una cara anterior, que es levantada por el trayecto del ligamento redondo, hoja que toma relación con la vejiga; una hoja posterior, que presenta una extensión hacia el meso-ovario. Hacia medial del meso-ovario se observa un pliegue formado por el ligamento utero-ovárico, el cual levanta la hoja posterior del ligamento ancho. Hacia lateral del meso-ovario el ligamento ancho se extiende hasta el borde pélvico formando el ligamento suspensorio del ovario; pliegue peritoneal que cubre el trayecto pélvico de los vasos ováricos. El tejido conectivo (hoja visceral de la fascia pélvica), que se encuentra incluido entre las dos hojas del ligamento ancho se denomina parametrio; en este tejido conectivo se encuentran los vasos uterinos, linfáticos y nervios FIG. 14.

Vagina: Conducto fibro muscular de 8 cm. de longitud que se extiende desde el cuello del útero hasta el vestíbulo vaginal. Su pared presenta una mucosa con un epitelio plano, estratificado, una túnica muscular lisa, dispuesta en una capa circular interna y una capa longitudinal externa; por fuera se aprecia una adventicia donde hay abundante tejido elástico. Dispuesta entre el recto y la vejiga, la vagina se encuentra flanqueada lateralmente por los bordes mediales del músculo elevador del ano. Este conducto cruza sucesivamente el diafragma pélvico y el diafragma urogenital para aparecer en la región perineal. Su extremo cefálico, el orificio vaginal superior, se fija en torno al cuello del útero, formándose alrededor de él el fórnix vaginal; depresión circular que rodea la porción intravaginal del cuello uterino, que por razones de situación se divide en un fórnix posterior, un fórnix anterior y un fórnix lateral. A nivel del fórnix posterior, el más profundo, se establece una íntima proximidad con el fondo del saco peritoneal recto uterino (de Douglas), siendo posible abordar quirúrgicamente las vísceras pélvicas por esta vía transvaginal, seccionando a nivel del fórnix posterior para caer a la cavidad pélvica. El orificio vaginal inferior (introito) se abre en la zona posterior del vestíbulo vaginal, encontrándose aquí, en la mujer virgen, un delgado tabique mucoso perforado llamado himen. El lumen de la vagina es virtual, estando sus paredes anterior y posterior apuestas. Los tres cuartos superiores de la pared vaginal posterior están en relación con el recto, disponiéndose entre ambos un tabique de fascia pélvica, el septum recto vaginal.El cuarto inferior de la pared vaginal posterior toma relación con el tendón central del periné y los músculos tranverso profundo del periné y bulbo esponjoso. La pared anterior de la vagina, en su porción superior, toma relación con la vejiga y la porción terminal de los uréteres; en su porción inferior, esta pared anterior toma íntima relación con la uretra. La irrigación de la vagina proviene de cefálico a caudal de: la arteria uterina, arteria vaginal, arteria rectal media y arteria pudenda interna; vasos que establecen una anastomosis longitudinal en relación con los bordes laterales del conducto. El drenaje venoso sigue los mismos pedículos vasculares FIG 15.

Recto: Corresponden a la porción terminal del tracto digestivo. El recto se continúa superiormente con el colon sigmoideo y comienza a nivel del cuerpo vertebral de S3. Este conducto sigue la concavidad del sacro y termina a nivel del vértice del coxis continuándose con el canal anal. El recto mide 12 cm. de longitud y en su parte más ancha llega a tener 5 cm. de ancho. Su estructura está formada por: una capa mucosa con un epitelio cilíndrico; una capa muscular lisa con dos hojas, una circular (interna) y una longitudinal (externa) y; más externamente la cubierta serosa. El tercio superior del recto presenta peritoneo en sus caras laterales en su cara anterior, el tercio medio del recto tiene peritoneo sólo en su cara anterior y el tercio inferior del recto es subperitoneal; esta última porción, muy distensible, recibe el nombre de ampolla rectal. La cara posterior del recto toma relación con el músculo piriforme, el sacro y el coxis, la cara anterior se relaciona, en el hombre, con la vejiga, los conductos deferentes, la vesícula seminal y la próstata. Entre el recto y la vejiga se forma el fondo del sacro peritoneal recto vesical. En la mujer, la relación de la cara anterior del recto es con el útero (fondo de saco recto uterino), el fórnix vaginal posterior y la pared posterior de la vagina interponiéndose entre ambos el tabique recto vaginal. En el plano frontal, el recto presenta una disposición en S, situación que determina que su lumen presenta dos pliegues transversales a la izquierda y un pliegue transversal a la derecha (pliegues de Kohlraush). La irrigación del recto proviene de la anastomosis que se establece en su pared entre las arterias: rectal superior, rama de la a. mesentérica inferior; las arterias rectales medias, ramas de la arteria iliaca interna y; las arterias rectales inferiores, ramas de la a. pudenda interna. El drenaje venoso sigue los mismos pedículos vasculares, estableciéndose en la mucosa recta una anastomosis entre el sistema portal (representada por la vena rectal superior que drena a la mesentérica inferior), y el sistema cava, (representado por las venas rectales medias e inferiores que drenan hacia las venas iliacas internas).

Canal Anal: Porción terminal del conducto digestivo, mide 3 cm. de longitud y se extiende desde el vértice del coxis hasta el orificio anal del periné. Su pared presenta una capa muscular lisa circular, extensión de la musculatura del recto, que forma el esfínter anal interno, de carácter involuntario; este esfínter ocupa los 2/3 superiores del canal anal. Rodeando los 2/3 inferiores del canal anal se dispone una capa muscular estriada, el esfínter anal externo, que presenta tres porciones: profunda, sobrepuesta al esfínter anal interno; superficial, que rodea al tercio inferior del canal anal, subcutánea, que circunda al orificio anal. A la función de cierre de estos esfínteres anales interno y externo se debe sumar la acción de la porción puborrectal el músculo elevador del ano, porción muscular que engancha y tracciona hacia ventral la unión ano rectal, interrumpiendo el tránsito de heces por el conducto. La mucosa anal presenta en la mitad superior un epitelio cilíndrico semejante a la mucosa rectal; a este nivel la mucosa presenta columnas verticales, las columnas anales. En la mitad inferior del canal anal la mucosa presenta un epitelio plano, estratificado, y la zona de transición entre ambas está marcada por la línea pectínea, punto que marca la posición de la membrana anal en el feto. En el extremo inferior del canal anal se observa la unión mucocutánea, línea que marca el comienzo de la cubierta cutánea del orificio anal FIG 16 , FIG 17. y Corte 21

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