GUIA DE ACTIVIDADES PRACTICAS

Cavidad Peritoneal

En esta actividad analizaremos las paredes y dependencias de la cavidad peritoneal. Una buena forma de exponer esta cavidad consiste en levantar el peto esternocostal, desinsertar el diafragma desde su inserción costal y esternal, para luego seccionar los músculos de la pared anterolateral del abdomen a la altura de la línea media axilar hasta la cresta iliaca. La cavidad abdominopélvica, que incluye a la cavidad abdominal y cavidad pélvica separadas por el estrecho superior de la pelvis, tiene como límites: superior, al diafragma; inferior, al diafragma pélvico; anterolateralmente, los músculos planos de la cavidad abdominal; posterior, la columna vertebral y los músculos psoas y cuadrado lumbar. Dentro de la cavidad abdominopélvica se encuentran las vísceras digestivas (desde el esofago abdominal hasta el recto) y el peritoneo con sus hojas parietal y visceral; hojas que delimita un espacio virtual, la cavidad peritoneal. Esta cavidad serosa tiene una pequeña cantidad de líquido que favorece el desplazamiento de las vísceras digestivas, evitando que se produzcan adherencias entre ellas.( FIG1.)

La porción de los músculos que limitan la cavidad abdominopélvica están cubiertos por una fascia, tejido conectivo laxo que, según su situación, recibe distintos nombres a saber: fascia tranversalis (sobre el músculo oblicuo interno y transverso abdominal), fascia lumbar (sobre los músculos psoas y cuadrado lumbar), fascia diafragmática (en la cara inferior del m. diafragma), fascia obturatriz (sobre el m. obturador interno), fascia pélvica (sobre los músculos del diafragma pélvico). Esta lámina de tejido conectivo permite la fijación del peritoneo parietal a las paredes del abdomen y a la cavidad pélvica. Hacia cefálico, el peritoneo parietal se une a la pared superior de la cavidad abdominal, cubriendo la cara inferior del diafragma. (FIG2)

Hacia caudal, en cambio, se puede apreciar que la cavidad peritoneal no alcanza los límites más bajos de la cavidad pélvica, ya que el peritoneo pélvico es levantado por las vísceras allí ubicadas como el recto, el útero y la vejiga urinaria. De modo que en la zona más baja de la cavidad peritoneal y el piso pélvico se genera un espacio que está ocupado por la fascia pélvica.(FIG3)

Durante el desarrollo, el intestino está unido a la pared abdominal posterior por el mesenterio dorsal. Además, el intestino anterior está unido a la pared anterior y al septum transverso por medio del mesenterio ventral. Al producirse el retorno del asa intestinal primitiva se presentan zonas de coalescencia, hecho que va a cambiar la situación de las vísceras digestivas con respecto al peritoneo.

Hacia la sexta semana de desarrollo embrionario, el asa intestinal presenta un crecimiento importante que, sumado al desarrollo de otras vísceras abdominales como el hígado, genera un conflicto de espacio que empuja al intestino en desarrollo hacia la parte proximal del cordón umbilical. De esta manera se instala en el embrión la hernia umbilical fisiológica. En el interior del cordón umbilical la rama craneal del asa crece formando una serie de curvas, la rama caudal en cambio crece proporcionalmente menos pero forma una dilatación, el esbozo cecal, primordio del ciego y del apéndice. Simultáneamente con el crecimiento en longitud el asa intestinal desarrolla una rotación de 90 grados en sentido antihorario, tomando como eje dorsoventral a la arteria mesentérica superior. A consecuencia de este giro la rama craneal del asa se ubica hacia la derecha y la rama caudal hacia la izquierda. Durante la décima semana debido a un aumento del volumen de la cavidad abdominal, los intestinos reingresan a ella, proceso denominado reducción de la hernia del intestino medio. A medida que se produce el retorno del intestino se completa el proceso de rotación, girando otros 180 grados. Así, retorna primero a la cavidad abdominal la rama craneal del asa (yeyuno-ileon), ubicándose primero por debajo y luego a la izquierda del eje de la arteria mesentérica superior. Luego, el asa caudal se ubica primero por encima y luego a la derecha del eje de la arteria mesentérica superior, de modo tal que el esbozo cecal toma contacto con la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Desde allí desciende hacia la fosa ilíaca derecha, formándose el colon ascendente y completándose así una rotación intestinal de 270 grados. (animación rotación intestinal)

Así, de una situación inicial en que todo el intestino es peritonizado (cubierto por peritoneo) y móvil (tiene un meso, pliegue peritoneal que lo une a la pared abdominal posterior, el mesenterio dorsal); el yeyuno-ileon, el colon transverso y el colon pélvico, mantienen esta disposición peritonizada móvil, ya que se mantienen sus respectivos mesos (mesenterio, mesocolon transverso y mesocolon pélvico). En cambio, los mesos del duodeno y del páncreas, del colon ascendente y del colon descendente se fusionan al peritoneo parietal, de modo que estas vísceras adoptan una situación peritonizada fija. (cubiertas por peritoneo pero sin meso). Detrás del peritoneo parietal posterior (retroperitoneales) se ubican las vísceras como el riñón, las glándulas suprarrenales, la aorta, y la vena cava inferior. En la cavidad pélvica, elementos como la próstata, la vesícula seminal y la vejiga, se encuentran por debajo del nivel del peritoneo pélvico (subperitoneales). (FIG1)

Por último, es interesante hacer notar que en la pelvis femenina, el meso ovario (pliegue peritoneal que se extiende desde la hoja posterior del ligamento ancho del útero) llega sólo hasta el borde anterior de la gónada, de modo que su situación es intraperitoneal. Así, durante la ovulación, el óvulo cae a la cavidad peritoneal (posibilidad de embarazo peritoneal) y las trompas uterinas con sus fimbrias se encargan de tomarlo y conducirlo hacia el lumen tubárico. En consecuencia, la cavidad peritoneal de la mujer es abierta y comunica con el lumen de la trompa uterina por medio del ostium abdominal (orificio abdominal o peritoneal de la trompa uterina).(FIG4)

Al exponer la cavidad peritoneal levantando la pared antero lateral del abdomen, se accede al saco mayor del peritoneo, espacio que se extiende desde el peritoneo parietal diafragmático hasta el peritoneo pélvico. Aquí se aprecia que el colon transverso y su meso colon conforman un tabique transversal, que divide al saco mayor en una región inframesocólica y una región supramesocólica. Entre las dos hojas del mesocolon transverso transitan los vasos cólicos medios; la arteria es rama ventral de la arteria mesentérica superior y las venas tributarias de la vena mesentérica superior.(FIG1)

En la región inframesocólica se observa que el colon con sus porciones ascendente, transversa, descendente y pélvica ofrecen un marco (el marco colónico) dentro del cual se ubica el yeyuno-ileon con su mesenterio. (FIG5)

Estos elementos determinan la formación de una serie de canales peritoneales, de disposición vertical, las goteras cólicas y paracólicas. Así, entre la raíz del mesenterio y el colon descendente se encuentra la gotera cólica medial izquierda; canal que contorneando la raíz del mesocolon pélvico comunica con la cavidad pélvica. Entre la raíz del mesenterio y el colon ascendente se ubica la gotera cólica medial derecha; canal que es interrumpido, a nivel de la unión ileocecal, por la porción caudal de la raíz del mesenterio y, en consecuencia, esta gotera no comunica con la cavidad pélvica. Entre el colon descendente y el peritoneo parietal posterior se forma la gotera paracólica izquierda y del mismo modo, entre el colon ascendente y el peritoneo parietal posterior se forma la gotera paracólica derecha. Ambas goteras paracólicas comunican con la cavidad pélvica. (FIG6 y FIG7)

La comunicación con el peritoneo pélvico es interesante, ya que secreciones producidas en la parte alta de la cavidad peritoneal pueden desplazarse, a través de las goteras (paracólicas derecha e izquierda y cólica izquierda), y acumularse en el fondo del saco rectouterino ( de Douglas) en la mujer, o en el saco recto vesical en el hombre. (FIG8)

En las goteras cólicas, inmediatamente por debajo del peritoneo, encontramos un plano vascular formado por las ramas terminales de los vasos cólicos derecho e izquierdo que van a irrigar al colon ascendente y descendente respectivamente; de modo tal que una incisión en estas goteras cólicas puede interesar a una de estas ramas. A nivel de las goteras paracólicas la situación es diferente, ya que bajo el peritoneo parietal no se encuentran estos ramos de origen cólico, siendo posible seccionar el peritoneo parietal posterior y movilizar al colon ascendente o descendente, sin afectar su irrigación.( FIG9 y FIG10)

En la región supramesocólica encontramos cuatro compartimientos peritoneales. Entre el hígado y el m. diafragma se ubican los espacios subfrénicos peritoneales derecho e izquierdo; estando separadas ambas regiones por el ligamento falciforme. El fondo del espacio subfrénico derecho corresponde a la hoja superior del ligamento coronario; el fondo del espacio subfrénico izquierdo está dado por el ligamento triangular izquierdo. Para los dos espacios subfrénicos su límite superior corresponde al peritoneo parietal diafragmático y su límite inferior lo da el peritoneo visceral que cubre la cara superior del hígado. Es necesario destacar que entre el diafragma y el borde posterior del hígado se describe un espacio subfrénico extraperitoneal, donde se ponen en contacto directo, sin peritoneo de por medio, la cara inferior del diafragma y el área desnuda del hígado, punto donde se establece una comunicación porto-sistémica entre las venas de la cápsula hepática (Glisson) y las venas frénicas. Las hojas superior e inferior del ligamento coronario del hígado y el ligamento triangular derecho forman los límites de esta área de contacto, conocida como espacio subfrénico extraperitoneal. (FIG11 y FIG12)

En relación con la cara inferior del lóbulo derecho del hígado y el peritoneo parietal posterior se forma el receso hepatorenal (bolsa de Morrison o espacio subhepático derecho). El fondo de este receso, que corresponde a la zona más declive de la cavidad peritoneal con el paciente decúbito dorsal, lo forma la hoja inferior del ligamento coronario. Hacia la izquierda, el receso hepatorenal comunica, a través del foramen omental (hiato de Winslow), con el saco menor del peritoneo; región conocida también como bolsa omental o trascavidad de los omentos (algunos autores los designan como espacio subhepático izquierdo).(FIG13)

El saco menor se forma como consecuencia de la rotación del estómago y, sus límites son: anterior, la cara posterior del estómago y del omento menor; posterior, el peritoneo parietal posterior que cubre a los órganos que forman el lecho gástrico (como la glándula suprarenal y el riñón izquierdo, el páncreas y el diafragma); superior, el lóbulo caudado del hígado y el extremo superior del omento hepatogástrico; inferior, el mesocolon y el colon transverso, extendiéndose hacia caudal entre las hojas del omento mayor. Hacia la izquierda, el saco menor está limitado por los ligamentos esplenorenal y gastroesplénico. Hacia la derecha, el saco menor comunica con el saco mayor a través del foramen omental. Las estructuras que delimitan el foramen omental son: arriba, el proceso caudado del hígado; abajo, la primera porción del duodeno; anterior, el borde libre del omento menor (ligamento hepatoduodenal); posterior, la vena cava inferior. En el saco menor se describen los pliegues gastropancreáticos derecho e izquierdo, elementos que separan el receso superior del receso inferior de esta cavidad peritoneal. El pliegue gastropancreático derecho está formado por el relieve que hace la arteria hepática común y el pliegue gastro pancreático izquierdo lo forma el relieve de la arteria gástrica izquierda. (FIG14)

Indice