El uso repetido de drogas induce cambios en la forma como ellas interactúan con el consumidor. En éste, disminuye la voluntad y decisión para elegir el momento y lugar del consumo. El sujeto pierde la capacidad de controlarlo y si se abstiene, se desarrolla un fuerte aumento de la posibilidad de reusar la droga. Los mecanismos de este comportamiento y su base biológica continuan poco claros.

A esta fuerte inclinación o gusto por el uso de las drogas se le ha designado con diferentes nombres. En un principio se habló de manía (deseo desenfrenado) y las personas que se encontraban en esa condición eran calificados de maníacos, viciosos, intoxicados o habituados. El uso de tan diversos calificativos revela, en parte, dificultades para calificar y describir el problema y, también, desconocimiento de su naturaleza.

En 1965, la Organización Mundial de la Salud definió la farmacodependencia como " estado psíquico, y algunas veces hasta físico, que es el resultado de la interacción entre un organismo viviente y un fármaco, que se caracteriza por sus respuestas conductuales y de otros tipos, que siempre incluyen una compulsión para procurarse el fármaco en forma continua o periódica con fin de experimentar sus efectos psíquicos y algunas veces evitar el malestar que aparece producto de su ausencia".

Como no toda droga produce el mismo tipo de dependencia se han descrito 9 grupos de susbtancias que la inducen :

Existen diversas drogas que por su uso frecuente y por largo tiempo, inducen la llamada dependencia física y, por lo tanto, también el llamado síndrome de abstinencia, que aparece al dejar de usar la droga. Algunas drogas inducen, además, dependencia psicológica o narcomanía, es decir, un deseo compulsivo de volver a ingerir la droga.

La dependencia psicológica se produce cuando una persona ingiere continuadamente drogas que le producen sensación de bienestar (euforia) o de satisfacción, hasta el punto de que el sujeto es incapaz de controlar su deseo de nuevas búsquedas. La dependencia física se presenta cuando el cuerpo parece necesitar la droga para su normal funcionamiento. El sujeto puede desarrollar entonces, además, tolerancia. Es decir, necesita cantidades cada vez mayores de la droga para alcanzar el efecto deseado.

Si aparece el síndrome de abstinencia, este puede presentarse después de algunas horas de la última dosis. Entonces el sujeto mostrará: inquietud, escalofríos, bostezos, sofocos, respiración acelerada y entrecortada, piel de gallina, ojos lacrimosos, calambres, vómitos, sudor, diarreas, contracciones musculares, insomnio, convulsiones, orgasmos involiuntarios. Esta crisis pueden durar hasta tres días, al final de los cuales el sujeto se estabiliza en un cuadro en que se presentan: debilidad, nerviosismo, inquietud, irritabilidad, insomnio, dolores musculares persistentes. Hay drogas, como el alcohol, con las cuales incluso puede sobrevenir la muerte por colapso vascular o paro cardíaco.

Las drogas que crean dependencia se les llama psicoactivas y se les distribuye en las siguientes categorías: