Una vez que se establece la dependencia a una droga determinada ocurre un cambio orgánico y conductual en las personas. Si se interrumpe el suministro de una droga a una persona, esta reacciona en forma particular, variable, con síntomas que se presentan con diferente intensidad: síndrome de abstinencia.

Para algunas drogas (alcohol, barbitúricos) la abstinencia del consumo de altas dosis puede ser mortalmente peligrosa. Para otras drogas, sin embargo, como los opiáceos, la abstinencia es dolorosa, desagradabel e incómoda.

Cuando por el uso repetido de una droga la persona necesita dosis cada vez mayores de ella se desarrolla el llamado estado de tolerancia. En estas condiciones las personas consumen cantidades mucho mayores de drogas que las personas no-adictas con los consiguientes peligros que ello implica.