El lenguaje aparece y se desarrolla en forma paralela a importantes períodos de desarrollo del sistema nervioso, períodos que son de gran dinamismo estructural, metabólico y neurofisiológico. Hay acuerdo de que en el proceso del lenguaje participan diversas esteructuras cerebrales, especialmente aquellas que se ubican en la región perisilviana izquierda. Ya a los 7 meses de gestación se han encontrado asimetrías entre los lóbulos temporales en esas regiones.

Un hito importante en relación al desarrollo del sistema del lenguaje ocurre durante el segundo año de vida. En ese período se adquieren información fonológica, vocabulario y se aprende a hablar y a comprender el lenguaje. Estos cambios se han correlacionado con un aumento en el número de la sinapsis y en el metabolismo de la corteza cerebral.

El hecho de que persistan un gran número de sinapsis durante la adolescencia se ha utilizado como un antecedente para explicar la gran capacidad de recuperación del lenguaje que muestran los jóvenes que han sufrido su pérdida por daño cortical. Parece entonces, existir una gran plasticidad cerebral en relación a la adquisición del lenguaje.

La coincidencia de adquisición del lenguaje con algunos de los períodos críticos del desarrollo del sistema nervioso probablemente se relacione con algunas de las característica de ese complejo proceso. Así, la adquisición de una primera y una segunda lengua resulta dificultoso después de los 10 años de edad hecho que se ha asociado a posibles perturbaciones de la organización cerebral que se inducirían por ese proceso. Por otra parte, el vocabulario se puede adquirir ininterrumpidamente despues de los diez años de edad. En cambio, las reglas gramaticales son aprendidas más rápidamente antes de los diez años de edad.