Las proteínas neuronales además de ser fundamentales para las funciones de estas células determinan la alta especificidad funcional de sus estructuras membranosas. Así, ellas forman parte de sitios funcionales específicos en la membrana de organelos subcelulares, en receptores químicos y en canales iónicos.

Los sitios específicos de las membranas son esenciales para el reconocimiento neuronal, tal como los receptores y los canales iónicos lo son para la comunicación y la excitabillidad neuronales. Muchas de las proteínas que se ubican en las membranas de los organelos son esenciales para las interacciones que se dan entre ellos.

Topográficamente, las proteínas se ubican en el citosol (proteínas fibrilares y enzimas), en la membrana plasmática y en la de organelos, como las mitocondrias y el núcleo.

Proteínas citosólicas. Representa uno de los grupos que tiene mayor abundancia de proteínas. En él se distinguen:

Las proteínas citosólicas se forman en los poliribosomas libres o polisomas, ubicados en el citoplasma neuronal, cuando el mRNA para esas proteínas se une a los ribosomas. En relación a estas proteínas hay que considerar a otra proteína pequeña, la ubiquitina, que se une residuos de lisina de las proteína para su posterior degradación.

Proteínas nucleares y mitocondriales. También se forman en los polirribosomas y luego son enviadas al núcleo o a las mitocondrias, donde existen receptores específicos a los que se unen para incorporarse al organelo, por el proceso de traslocación. El mecanismo por el que se incorporan las proteínas después de su síntesis, es la importación post-transducción.

Hay dos categorías de proteínas de membranas:

Las proteínas de la membrana plasmática y las de secreción se forman en los polirribosomas que se unen al retículo endoplasmático rugoso. Ellos constituyen un material de naturaleza basófila (se tiñen con colorantes básicos como el azul de toluidina, el violeta de cresilo y el azul de metileno) que al microscopioi óptico se han identificado como la substancia de Nissl. Una vez que las proteínas formadas en este sistema pasan al interior del retículo, ellas son modificadas por procesos que se inician el retículo y que continuan en el sistema de Golgi y aún, posteriormente, en los organelos finales a donde son destinadas (vesículas de secreción).

Las proteínas que son componentes de las membranas abandonan el retículo en una variedad de vesículas. Además de las de secreción, son muy importantes para las neuronas, las vesículas sinápticas. A través de ambos tipos de vesículas las proteínas son enviadas al espacio extraneural por la vía constitutiva o la vía regulada.