Una sociedad estamental y religiosa
Gráfico que ilustra la concepción tripartita de la sociedad europea.
La sociedad europea de los siglos XIV y XV era extremadamente rígida. Grosso modo se dividía en tres estamentos a los cuales se pertenecía por nacimiento, sin mayor posibilidad de cambiar dicha condición social.
Cuadro que ilustra el mejoramiento de las condiciones de vida de una familia burguesa.
El 95% de la población formaba parte del denominado estado llano o tercer estado, que englobaba a una serie de categorías sociales como burgueses, mercaderes, profesionales, artesanos, pobres de las ciudades y el campesinado. Se trataba de un estamento carente de derechos y sujeto al pago de tributos e impuestos. Constituían el sostén de la Europa de esta época, pues sobre sus hombros descansaba la prosperidad de reyes, señores, dignidades eclesiásticas y ciudades.
Concilio de Florencia donde se proclamó la primacía del pontífice romano sobre toda la cristiandad.
El alto clero (cardenales, obispos, abades, etc.) constituía el segundo estamento. Gozaba de privilegios como la exención de tributos y de un amplio poder en el terreno político. Tomando en cuenta el papel que ejercía la religión en el conjunto de la sociedad, era un estamento muy influyente, que se valía del bajo clero (párrocos, curas) para brindar apoyo espiritual al estado llano y así mantener la fidelidad del pueblo.
En la cúspide de la sociedad estaba la nobleza de sangre (condes, duques y marqueses), cuyo poder y prestigio se debía exclusivamente al hecho de haber nacido en cuna noble. A partir del siglo XV, comenzó a incorporarse a este estamento una nobleza de toga, es decir, individuos que prestaban servicios a los monarcas y recibían a cambio un título nobiliario.
Familia de los Sforza. Duques que gobernaron Milán desde 1450 hasta 1466.