Los sacrificios humanos

Sacrificio Humano Azteca

Uno de los aspectos más polémicos relacionado con los aztecas han sido los sangrientos sacrificios humanos que impresionaron sobremanera a los españoles que arribaron a México en el siglo XVI. Según el soldado-cronista Bernal Díaz del Castillo, al aproximarse al Templo Mayor y observar el altar de Huitzilopochtli; "...este tenía en las paredes tantas costras de sangre y el suelo todo bañado de ello, como en los mataderos de Castilla no había tanto hedor. Y allí le tenían presentado (al dios tutelar) cinco corazones de aquel día sacrificados...".

Sacrificio Gladiatorio

Pero, ¿a qué se debía el diario sacrificio de prisioneros de guerra entre los aztecas? De acuerdo con la cosmovisión indígena, el dios Huitzilopochtli necesitaba ser alimentado todos los días para poder seguir iluminando al pueblo por el escogido. El único alimento que se podía ofrendar a este dios era la sangre humana, razón por la cual los aztecas hicieron de la guerra su mayor preocupación con el objetivo de obtener prisioneros para el sacrificio ritual. El pueblo que más sufrió las consecuencias de esta costumbre fue el de los tlaxcaltecas lo cual explica en importante medida el odio que éstos sentían hacia los aztecas.

Sacrificio humano

El sacrificio humano se realizaba sobre los altares de los templos, donde generalmente se extraía el corazón del prisionero aún con vida. También se empleaban el flechamiento y el sacrificio gladiatorio, donde la víctima se enfrentaba a cuatro guerreros aztecas. Este último era un honor reservado a los prisioneros más valerosos. La sangre del sacrificado era juntada en grandes piedras cóncavas, llamados tazones por los españoles, hasta coagular. Los tazones estaban ubicados al lado de las imágenes de las deidades. En tanto, los cráneos de los muertos eran ensartados en lanzas de madera que se colocaban en hileras en el tzompantli, para así dar testimonio del fervor de los aztecas hacia sus divinidades.