El concepto básico
desarrollado por Orem es que el autocuidado se define como
el conjunto de acciones intencionadas que realiza o
realizaría la persona para controlar los factores
internos o externos, que pueden comprometer su vida y
desarrollo posterior. El autocuidado por tanto, es una
conducta que realiza o debería realizar la persona
para sí misma.
Uno de los supuestos que
de aquí se desprenden es que todos tenemos la
capacidad para cuidarnos y este autocuidado lo aprendemos a
lo largo de nuestra vida; principalmente mediante las
comunicaciones que ocurren en las relaciones
interpersonales. Por esta razón no es extraño
reconocer en nosotros mismos prácticas de autocuidado
aprendidas en el seno de la familia, la escuela y las
amistades.
¿Quién no
reconoce que las primeras prácticas de autocuidado
son enseñadas por nuestras madres y
profesores?
Por ejemplo el cepillado
de dientes, el lavado de manos y medidas de seguridad como
atravesar las calles con precaución.
Es así como las
personas desarrollan prácticas de autocuidado que se
transforman en hábitos, que contribuyen a la salud y
el bienestar. Todas estas actividades son medidas por la
voluntad, son actos deliberados y racionales que realizamos
muchas veces sin darnos cuenta siquiera, se han transformado
en parte de nuestra rutina de vida. Las niñas cuando
aprenden estas prácticas se están
transformando en personas que se proporcionan sus propios
cuidados, en este caso ellos son sus propios agentes de
autocuidado.
Para lograr el
propósito de mantener nuestro bienestar, salud y
desarrollo, todos los seres humanos tenemos requisitos que
son básicos y comunes a todos, según esta
autora existen tres tipos de requisitos:
Los primeros, son parte de
nuestra condición vital, entre ellos están el
aire, los líquidos, alimentos, asegurar la
eliminación urinaria e intestinal; mantener un
balance entre el autocuidado y el descanso, entre la
interacción social, la prevención de
daños y accidentes y el tratar de lograr la
normalidad.
Cada uno de estos ocho
requisitos están íntimamente relacionados
entre sí, pero cada uno de ellos son logrados en
diferentes grados de acuerdo a los "factores
condicionantes básicos" que son determinantes e
influyentes en el estado de salud de toda persona.
El otro grupo de
requisitos de autocuidado son aquellos derivados del
desarrollo, porque varían en períodos
específicos del ciclo vital y pueden afectar positiva
o negativamente ese crecimiento. Por ejemplo para nadie es
desconocido que una alimentación inadecuada, no
sólo afectará el crecimiento del niño,
sino que tendría repercusiones a edades avanzadas, en
la etapa del adulto mayor. Una muestra de ellos es el estado
bucal de nuestra población. Se puede predecir
perfectamente que buenos hábitos en salud bucal,
lograrán que el adulto mayor conserve un buen estado
de su dentadura. Lo mismo puede decirse del ejercicio y la
actividad física mantenida durante toda la
vida.
Un tercer tipo de
requisitos son las alteraciones de salud o enfermedades que
crean otros tipos de demanda que son muy
específicos.
Factores
Condicionantes Básicos
De tal modo que las
personas pueden variar su estado utilizando sus
conocimientos y capacidades de adaptación para
modificar su propio estado de salud.
El principal cambio que
podemos hacer o que queramos hacer, requiere no sólo
de conocimiento sino también de
motivación.
Acciones
En primer lugar pedir y
buscar información para solucionar el problema que
nos aqueja. Esta consulta puede ser a un médico o una
enfermera, también a un vecino. Pero lo más
importante es acudir donde vamos a resolver nuestro problema
de salud con eficiencia y seguridad. Así esta
situación puede crearnos nuevas demandas, por
exámenes y tratamientos muchas veces por largo
tiempo. Este es el caso de enfermedades que nos
acompañan toda la vida, las llamadas
crónicas. Para poder aceptar estas
enfermedades y todas las adaptaciones que tenemos que hacer
en nuestras vidas se requiere asumir nuestro propio
autocuidado y nuestras limitaciones de autocuidado, estas
pueden ser: porque no sabemos como cuidarnos, porque no
sabemos como tomar decisiones y/o porque tenemos
limitaciones para actuar en un caso dado.
Si me han dado un
tratamiento de inyecciones no tengo ni el conocimiento y
tampoco tengo la habilidad o competencia para realizarlo,
pero sí puedo tomar la decisión de solicitar a
quien me dé este cuidado; De este modo estoy
participando en mi propio autocuidado.
Todas las personas tienen
capacidades de autocuidado en mayor o menor grado, pero
cuando surgen estos problemas, se crean déficits que
deberán ser compensados por otros.
Así es como algunos
van a requerir que se les satisfagan todas sus necesidades,
otros parcialmente y otros necesitarán sólo
una pequeña ayuda en orientación y
guía.
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