Después de la siembra la semilla
empieza a embeber agua a través de la testa y el micrópilo,
aumentando gradualmente de tamaño. La etapa de imbibición
puede ser dividida en dos fases:
a) Rápida captación de agua
que se completa aproximadamente en 2 días y en que la semilla aumenta
significativamente de volumen.
b) Baja tasa de captación de agua
e incremento en la actividad metabólica de la semilla.
A través de procesos enzimáticos,
parte del material de reserva de los cotiledones va quedando gradualmente
disponible para el crecimiento del eje embrionario. Este crecimiento determina
la aparición de la radícula y 1 o 2 días después,
como promedio, la aparición inicial de la plúmula; ésta,
al asomar por entre los cotiledones, lo hace en forma curva, protegiendo
de esta manera el ápice del brote contra un posible daño
(Figura 1); luego, hacia el final de su crecimiento, la plúmula
va enderezándose gradualmente hasta lograr la emergencia (Figura
2).
Figura 1. | Secuencia de la etapa de germinación. |
Figura 2. | Plántula recién emergida en que el extremo apical de la plúmula ya no muestra curvatura. |
Una vez que ocurre la emergencia, la plúmula
da paso al primer par de hojas verdaderas, las cuales en primera instancia
aparecen totalmente plegadas (Figura 3). A partir de ese momento, y bajo
las hojas verdaderas, se hace visible el epicotilo, estructura que lleva
consigo dos hojas rudimentarias llamadas brácteas trífidas;
éstas vienen diferenciadas en la semilla, apareciendo habitualmente
la primera de ellas en el subnudo más cercano a la superficie del
suelo y la otra en el primer nudo de la parte aérea (Figura 3).
Figura 3. | Plántula mostrando sus dos brácteas trífidas y sus primeras hojas verdaderas próximas a abrir. |
Los cotiledones, debido a la germinación hipogea que presenta la especie, permanecen bajo el suelo manteniendo en un principio sus características de forma y tamaño; posteriormente, y a partir del estado de primera hoja verdadera, los cotiledones, que van suministrando nutrientes a las plántulas para su crecimiento, comienzan gradualmente a deteriorarse. En cualquier caso, su aporte al crecimiento en las primeras etapas de desarrollo es bastante alto; esto puede comprobarse a través de la presencia de plantas albinas, las que en ínfimo porcentaje suelen aparecer en los cultivos; estas plantas, a pesar de carecer de clorofila, logran desarrollarse en forma normal hasta el estado de cuarta hoja, producto básicamente del abastecimiento que le proporcionan sus cotiledones.