Fisiología Articular

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                               La articulación de la rodilla permite fundamentalmente movimientos de flexión y extensión alcanzando una flexión de 120 a 130º y una extensión de 180º considerándose ésta una extensión completa; a estos movimientos de flexoextensión se agrega el movimiento de rotación y es así como la extensión se acompaña de algunos grados de rotación externa en la tibia y la flexión se acompaña de algunos grados de rotación interna de la tibia sobre el fémur. Los movimientos de lateralidad están impedidos por los ligamentos colaterales y los movimientos de desplazamiento anterior y posterior están impedidos por los ligamentos cruzados y el aparato extensor.

                               Si consideramos que los cóndilos femorales son superficies esféricas que se apoyan sobre la tibia, que, a su vez, aporta una superficie plana, comprenderemos que la rodilla es muy inestable. De la musculatura, los meniscos, los ligamentos cruzados y el resto de las partes blandas depende la estabilidad de la rodilla. Por esta razón nos preocuparemos en forma especial de la fisiología meniscal y de la fisiología de los ligamentos cruzados.